"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
En Jesús, solamente, en Jesús hay Salvación. Ese es mi evangelio, esa es mi predicación. Puede haber muchos caminos de espiritualidad y pueden haber muchas alternativas de disciplinas espirituales pero solo hay uno que se llamó a sí mismo: “Yo soy el Camino”. ¿Quieres hacerte discípulo de Jesús? Esa pregunta aparece en Juan 9.27 y la realiza un ciego a los maestros y doctores de la Ley. Ahora ve por qué digo que puede haber muchos caminos pero solo uno es el que se llamó así. Ellos conocían la Ley, la letra, pero, no la Palabra. El ciego les desafía desde su propia experiencia a evaluar sus investigaciones. Es una pregunta que el ciego hizo para abrir ojos a quienes, irónicamente veían. ¿Quieres convertirte en discípulo de Jesús? No es una pregunta mía es un llamado de Dios desde Jesús. “Nadie puede ir a Jesús sino lo envía el Padre”, Juan 6.44. Convertirnos en discípulos de Cristo no es un asunto de conquistas o el fin de una búsqueda. El ser discípulo es la acción de Gracia de Dios en nuestras vidas. No merecemos ser discípulos, pero el ciego pregunta porque experimentó en su vida la verdadera Palabra. ¿Qué harás? Jesús salva y en ningún otro hay salvación. ¿Quieres hacerte discípulo de Jesús? Entonces, debes seguirle y no hacer como dos o tres que consideran que aceptarle es suficiente y que no tienen que asistir al templo. ¿Bueno, pues, que tal si aceptas a tu esposa en el altar y luego no llegas a la casa? ¿Crees que ella no haría nada? ¿Imagina que la muchacha te dé el sí y no la visites nunca? Déjeme decirle que con Dios las cosas son como un matrimonio. No venga con excusas baratas que solo usted se cree. Si hace un pacto de servirle, entonces, sírvale. Jesús, al que llama, le hace entrar en una relación privilegiada. Si en el pacto Dios cumple su promesa, entonces, cumple tú la tuya en el tuyo. Jesús no te ha sido infiel. Llega no sea que se te haga muy tarde. Jesús te llama y por grande que pienses que eres y por fuerte que te sientas, y por todo el dinero que creas que tienes, la Salvación es asunto de Dios. Ser discípulos de Jesús, el hijo de Dios, es un privilegio eterno.
Realiza la oración si te vas a reconciliar o aceptar al Señor como salvador. Si ya es así en tu vida realiza tu propia oración de gratitud por la Salvación en Cristo. Oremos: Dios y Padre de la vida. Tú que llamas. Déjame responder. Me reconcilio contigo y me vuelvo a ti. No dejaré que la turbación y el desierto sean más grande que la tierra prometida de la eternidad. Ayúdame a caminar y seguir en ti. Que mi nombre esté en el libro de la eternidad. Sabes que asistiré al templo más cercano para adorarte. Guíame a toda verdad. Espíritu Santo ven a mi corazón. Te seguiré, y te serviré, todos los días así como tú estás conmigo todos los días. En el nombre de Jesús, mi Salvador, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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