"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Juan 7.53-8.11
En estos días se habla de cerrar la "Procuraduría de la Mujer". Nuestra historia ha estado manchada por el desequilibrio social. Por mucho tiempo las mujeres han sido víctimas de acoso sexual, de abusos físicos, emocionales, sicológicos, etc. Dicho panorama social es uno de tristeza y dolor para cada uno de nosotros. Las mujeres han sido reducidas por muchos a esclavas de la casa, a esclavas laborales, a simples objetos del sistema patriarcal. ¿Quién hace justicia? ¿Quién defiende? ¿Quién les hace equidad? Aún la "iglesia", no en todos los casos, han violentado, la mujer. Creo que nuestra sociedad ha mejorado, pero nos falta mucho camino. Los políticos se creen que esto es un asunto de cerrar las puertas de una casa, de un cuarto o algún edificio. No se puede permitir que se siga lastimando a ningún ser humano. Ni mujer, ni niño, ni niña, ni hombre, ni anciano, ni anciana, ni extranjero, etc. ¿Qué haría Jesús? Esa es y debe ser la pregunta de la Iglesia y la de quienes afirmamos los valores del Reino como norte de nuestras vidas. A Jesús le trajeron una mujer sorprendida en adulterio. Sorprendida en el acto mismo del adulterio. Dicho sea de paso, acto en el que Dios viene sorprendiendo a su pueblo cuando adultera su fe y por el que debió extinguirlo. La tradición fue la base para la acusación pero no para el veredicto. Expusieron a Jesús a interpretar la Ley con aquella mujer acusada de frente. Una Ley interpretada sin Espíritu es una Ley que mata y apedrea. La Ley del Sinaí fue escrita por el dedo de Dios en piedra, según la tradición, pero ese Dios encarnado en Jesús es capaz de interpretar la misma ley volviendo a escribir con su dedo sobre la tierra. Jesús ha planteado con su escrito en el suelo una nueva manera de interpretar los juicios de los fariseos y los escribas. Lo que Jesús reescribe esperanza a quienes son condenados por los sistemas de pureza. El sistema religioso se adueño de la Ley pero no de la gracia. Jesús nos recuerda: "El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella". Esas palabras liberan, llaman, desafían y nos recuerda que somos vulnerables en todo momento. La Ley estaba en cada piedra que habían tomado aquellos del pueblo, pero de igual forma la ineludible culpa de pecado. No nos apresuremos a cerrar las puertas de la vida a quienes tienen derecho a vivir como vivimos los demás. Las puertas de la procuraduría no pueden cerrarse ante la política partidista. No es un asunto político sino humano. Jesús no permitió que la esperanza se acabara en la vida de aquella mujer. Las mujeres no son algo más en la sociedad sino que son de la sociedad. NO necesitan un sitial es de ellas. Jesús dignificó, como hombre, lo que otro hombre quiso hacer indigno. Nuestro llamado es decir que el procurador de la vida es alternativa y lo es él, entonces, también la iglesia. Las significancias de la iglesia no puede ser si se pinta de tal o cuál color, ni de cuántas flores o cuántos bancos tenemos, sino que debe ser afirmar la vida. Oremos: Señor, Jesús, ayúdanos a no condenar, como institución. Necesitamos que nos ayudes en este tiempo en el que se atenta contra la vida. Quien atenta contra la vida es enemigo, porque tú vienes a darla y en abundancia. En este momento reprendemos todos aquellos que quieren cerrar la procuraduría de la mujer como si se tratara de un juego. Pon corazón de carne en este liderato político que tenemos y ayúdanos, como iglesia, a discernir como Jesús: ¿Dónde están los que te acusan? Permite que se vayan. Cuida y pon tu mano divina allí donde alguien quiere hacerle daño a un ser humano. Dios en tus manos hay esperanza de vida. En tus manos hay una nueva manera de interpretar para vivir. En tus manos estamos todos y todas. En tu nombre, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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