"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Mateo 28.16-20 Cuando pienso en lo que está ocurriendo en nuestro país, cabe afirmar que Dios está con nosotros. Los once discípulos fueron a Galilea, al monte donde el Señor les había citado. Allí mismo se había anunciado el Reino, aquel monte recuerda que ahora es una Nueva Ley proclamada por Jesús. Cuando los discípulos vieron a Jesús le adoraron, es decir, se postraron delante de él. ¿Estará Jesús? Así como algunos de los discípulos debe haber dos o tres, dudando al ver lo que ocurre hoy. La desconfianza es real. Jesús se había ido y ahora llega resucitado. ¿Que significa la resurrección? Preguntas como esta dejan inquietudes. La fe de los discípulos estaba en tensión. ¿Ante lo que ves también la tuya está en tensión? Los tres elementos que afirman al Jesús resucitado:
a. En cuanto a poder "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra". Es el poder divino ilimitado que propone un nuevo culto y nueva forma de dialogo. No usó el poder en beneficio propio o para dominar a las personas, como se lo sugirió el diablo en el desierto (Mat 4,1-11). Con su poder ejecutó y proclamó la voluntad del Padre y para concretizar el Reino. La resurrección nos abre a ese nuevo mundo. b. Poneos en camino, haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles a poner en obra todo lo que os he mandado". Con su poder Jesús envía. Hacer discípulos es entrar en relación con Jesús por el bautismo y la obediencia a sus enseñanzas. Es necesaria la práctica. Si queremos ver cambios en nuestra sociedad debemos hacer la diferencia. No podemos contemplar desde lejos sino asumir una postura diferente. Al árbol se conoce por los frutos. La resurrección no nos saca de la historia sino que nos ubica en ella. c. "yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Es una promesa de acompañamiento continuo. El judaísmo formativo enseñaba que la presencia de Dios estaba en los que observaban rigurosamente la ley. Jesús garantiza su presencia en los que ponen en práctica su palabra. Jesús está presente en nuestro duro caminar. El resucitado no es un fantasma, es el mismo Jesús de Galilea, pero glorificado. Es y seguirá siendo el Mesías de los impuros, de los marginados y marginadas. Resucitar es seguir a ese Jesús, con la vivencia de la misericordia y la solidaridad. La resurrección es nuestra esperanza. Es la oportunidad de reescribir la vida en quien la reescribió en la cruz del calvario. Aunque lo que ocurre cada día te turbe o te haga dudar, pues se parece a lo que ocurrió en la cruz, no temas. Sabemos que quienes vivieron en Palestina, en aquel tiempo, vieron el vil asesinato de Jesús, le vieron agonizar, no desde las cámaras de televisión, sino en plena luz del día. A pesar de ello, Jesús no permitió que las manos humanas y enemigas prevalecieran sobre la vida. No pierdas la fe porque El Resucitado es real y nos acompaña siempre. Oremos: Dios y Señor Jesucristo. Lo que hoy vivimos no es fácil, pero nuestros ojos están en la esperanza de tu acompañamiento. Los crucificados de hoy son nuestros jóvenes asesinados, nuestros ancianos maltratados, nuestras muchas mujeres abusadas, nuestros niños desprovisto de amor y abusados, etc. A ellos el Señor resucitado se les aparezca para que su esperanza no sea nublada por las manos de quienes siguen los pasos de los que asesinaron a Jesús. La resurrección tuya, Señor Jesús, da lugar a la esperanza y a que la última palabra la tienes tú. En tu nombre, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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