"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
"Y el verbo (La Palabra) se hizo carne...", Juan 1.14
La Palabra es el misterio por el que nos reunimos en la Centésima Séptima Convención. Nos regocijamos en la experiencia de celebrar nuestra Convención inspirados desde y en la Palabra de Dios. La Iglesia se reúne porque la Palabra nos convoca. Celebramos el testimonio transmitido a través de la historia. Es la misma iglesia quien se reúne por la Palabra y en ella vive inspirada. Hoy, como canales, de aquella Palabra que desde el principio dijo y por quien, el evangelista, afirma que todas las cosas fueron hechas seguimos diciendo y haciendo. La Palabra creadora es la que ha inspirado por todos los tiempos la vida del ser humano. En un principio, desde la señal del caos, Dios proclamó su Palabra esperanzadora. Esa es la razón por la que te invitamos: “Inspírate… en la Palabra de Dios” para que desde ella afirmemos la vida. En medio del caos y la crisis en los diversos escenarios sociales le seguimos pidiendo a nuestro Señor, Palabra en sí mismo, que nos guíe y nos llene de fuerzas para continuar nuestros pasos, de manera firme y contundente. Es Jesucristo, nuestro Señor, quien tenía más autoridad que los doctores de la Ley. Ello no para humillarles sino para hacerles ver la manera correcta de interpretar la Palabra, es decir a Jesús mismo. El Evangelio, no olvida y deja atrás sino que acompaña y camina con los demás. La proclamación del Evangelio de Jesucristo será nuestra respuesta inspirada a cada circunstancia presente. No proclamamos la Palabra de Dios por nosotros mismos sino por la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Es nuestra esperanza seguir inspirados e inspiradas a vivir con la frente firme en nuestro camino. Nos corresponde vivir, como iglesia e individuo desde y en la Palabra de Dios. El programa de Jesús sigue vigente en nuestro tiempo. Seguiremos proclamando que el Evangelio es una Nueva Noticia a los pobres, libertad a los cautivos, vista a los ciegos, libertad a los oprimidos y anuncio del año agradable del Señor. Aquellos días todos se quedaron con los ojos fijos en Jesús. Todo ello porque el Espíritu estaba sobre Jesús y le había ungido. Vivir sin el Espíritu y llamarse cristiano es una contradicción. Es por ello que la Palabra llama a la vida. Llama a la vida a quienes no siente esperanza, a quienes consideran la crisis más grande que sus sueños, a quienes no encuentran razón o propósito, etc. La Palabra de aquel día se sigue cumpliendo en cada uno de nosotros y nosotras. Dios nos guíe, desde esta Convención, inspirados en la Palabra de Dios para que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor. Oremos: Dios y Padre de la vida. Tú, desde tu palabra creaste y sigues creando. Nos regocijamos porque has enviado tu hijo, Jesucristo, en Palabra Viva para que nadie malinterpretara la tuya. Hoy nos dejas tu Espíritu para ser inspirados e inspiradas desde tu propia Palabra revelada en Jesucristo. Ello plantea esperanza en este tiempo y en los venideros. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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