Inefable ...

Inefable

Salmo 100

El salmo 100 expresa lo que yo quisiera expresar en este día. Hoy, 5 de octubre, se cumplen 4 años de pastorear una iglesia maravillosa en Guaraguao Abajo. Ha sido tiempo de "servicio y gratitud". Una gente hermosa que se deja amar y ama sin medida. ¡Guaraguao! Me siento honrado de ser su líder pastoral, junto a mi familia, Lilliam Candelario, Lineisis D. Báez y Diego Sebastián Báez. El  comentario próximo está basado en el realizado por A. Schokel y mío.  

Cantad/Aclamad es una expresión inefable. La expresión del que aclama no contiene palabras. Cuando hay una pronunciación incomprensible es una exaltación sin palabras. Es un grito de gozo que no contiene palabras. Es el gozo extremo que no sé como pronunciarlo porque "grito" pero es por tratar de expresar un sentimiento que con palabras no puedo explicar. Eso ocurre cuando alabamos lo inefable. Ante ese gozo es ineludible un servicio con y en alegría. No como aquel servir de Egipto que era a causa de la esclavitud, sino aquel que se realiza porque tú, Señor, Jesús está a nuestro lado. Porque no sirve la necesidad sino la gratitud. En gratitud de servicio por la verdad que me hizo libre. Tú nos hiciste, como persona, como pueblo, así como aquella masa amorfa y sin dirección, que le diste forma. Nos hiciste pueblo, y tú eres nuestro Dios. Te miro, desde mi mirada, porque tú eres mi creador y mi pastor. Tú eres el pastor que su vida dio por las ovejas y entre ellas estoy yo. Gracias.

Oremos: Gracias, Dios, porque éste es el día que has creado. Nos regocijamos y nos gozamos en él. Tú nos hiciste y no nosotros a nosotros mismo. Eres merecedor de toda gratitud. Gracias por una mujer (Lilliam), que comprende los momentos en que hablo contigo, que me siento a escribir, que contemplo, que hago silencio, que me enojo, que me rio, etc. Gracias Señor por ella. Gracias por mi hija e hijo (Lineisis y Diego) porque en sus sonrisas me hacen ver el milagro de la vida. Gracias porque ellos no se quejan, particularmente Lineisis, de que papá escriba, sino que me pregunta, ¿ya hiciste la predicación papá? Gracias, Señor, pero también gracias por una iglesia que nos cuida, que nos tongonea, que nos vela, que están en constante preocupación. Dios yo no sé como decirte esto de otra manera, pero sí sé decirte que mis expresiones hoy gritan de gozo y emoción por tu misericordia. Tu bondad y tu misericordia han sido esperanza para mí. Ante tanta abundancia de bendiciones me resta decirte que te sirvo en gratitud porque tu amor es más dulce que la miel y tu misericordia es nueva cada día. Gracias, en el nombre de Jesús, amén.