"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Mis ilusiones[1]
Basado en el libro de Anselm Grum Lucas 14.28-30 En este tiempo compararnos con otras personas trae sus secuelas. La gente quiere ser como los demás pero no se atreve ser ellos/ellas mismas. El problema radica o que tienen una imagen exagerada de sí mismos/as o que la misma es pequeña. Frecuentemente somos engañados porque no somos lo suficientemente con ser nosotros mismos. Aquí se aplica el mito griego de Procusto, el asaltante de los caminos, quien comprimía a los transeúntes en su cama. Cuenta el mito, que él (Procusto), estiraba a los humanos que conseguía reducir, mientras a los grandes le estiraba los miembros. Ambos sucumbían en el proceso. Es como si frecuentemente estuviéramos en una "Cama de Procusto", que bien es grande o pequeña. No nos engañemos más. Antes de construir una torre el Señor nos muestra en la parábola que debemos calcular primero. No sea que comience a construir y no culmine la construcción. Esa construcción de la torre revelará quiénes somos y seremos. Vea que muchos en este tiempo de navidad harán de "tripas corazones" para alcanzar sus ilusiones. Construirán torres que no podrán concluir y vivirán en angustias constantes. Necesitamos evaluar lo que necesitamos. En la parábola la torre tiene el fin de revelar mis prioridades, mis deberes, mis formas de hacer las cosas en la vida, etc. Esa torre es la representación de su autodesarrollo. No hagas nada, en este tiempos de compra, que deje a mitad tu torre. Por alta que la quieras hacer no olvides que tiene su fundamento en la tierra. Utilicemos bien los recursos que el Señor ha colocado en nuestras manos. No te compares con nadie, ni produscas imágenes incorrectas de tu realidad. Mirar la torre de otro es tentador y puede distorcionar la realidad del material que tengo en mis manos. Tu torre no tiene que ser grande ni pequeña ante tu realidad sino la torre que muestra tu esencia. Oremos: Dios de la vida. Quien quiere construir sin el compromiso serio de su realidad termina maltrecho. Quien mira a los demás para construir termina destruido porque vive el sueño de los demás y no el suyo. Guíanos con discernimiento para construir nuestra propia torre. Ayúdanos a no caer en la tentación de crear imágenes inadecuadas de nuestra realidad. Puerto Rico vive el mito de Procusto y solo necesitamos comprar y usar el material necesario para construir nuestra propia torre. En este tiempo de tantas compras, sin dinero, solo con tarjetas, con préstamos, permite que compremos lo que nuestra realidad puede. Que este periodo, próximo, sea uno en el que los regalos no se conviertan en nuestra ilusión endeudada. Nuestra mayor problemática es creernos que debemos dar más cuando no podemos. Tú eres Dios que guía y sostienes. Danos la capacidad para enfrentar nuestras propias realidades con sabiduría. En el nombre de Jesús, amén. [1] Grum, Anselm. Jesús como terapeuta, el poder sanador de las parábolas. Argentina: Agape-Bonum-Guadalupe-San Pablo, 2014.
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Lilliam Candelario Camacho
11/11/2014 12:06:40 am
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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