Hoy es Navidad...

"He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel".

Isaías 7:14

Una simple virgen; no como una princesa, o como una profetiza, o como una mujer adinerada. Así la pobreza quedó consagrada y los hombres y mujeres de condición humilde son elevados a una posición de honor. Todo creyente es un retrato de Cristo, pero un creyente pobre es el retrato mismo, puesto en el mismo marco de pobreza que rodea la imagen del Maestro, según C.H. Spurgeon. 

Para quienes tenemos y hemos permitido la renovación en nuestras vidas todo el año es navidad. La sencillez de su nacimiento es el fundamento de su honor. Para que podamos regocijarnos debemos celebrar el nacimiento de Jesús. En aquella Belén "casa de pan", se satisfizo a la humanidad en esperanza. En Emanuel surge el acompañamiento, no existe la soledad, no da lugar a la desesperanza sino que afirma la comunidad y la fe en quien está en todo tiempo. Es por ello que el Emanuel tiene propósito y sentido salvífico para nosotros y no para los seres celestes. Está con nosotros, en nuestro corazón, que es pesebre, que es lugar de suciedad, que es lugar de desesperanza, donde somos vulnerables, pero de donde mana la vida.

Ya ha dicho C.G. Yung, que la persona no es palacio en el que nace Dios sino establo. NO merecemos que Dios esté con nosotros, porque como todo establo, hay pestes, hay estiércol, etc. NO es necesario ocultar lo impuro que hay en nosotros y nosotras, pero Dios nos dignifica habitando en nosotros, a pesar de todo. El Emanuel nos acerca a Dios y nos permite adorarle y abrir nuestros tesoros. Como dice Anselm Grün, somos tan solo establo.

Oremos: Emanuel, sé lo que soy. También sé lo que eres. Ante tal conocimiento no dejo de maravillarme por tu bondad y amor para nuestra humanidad. Yo soy el establo en el que tu amor ha nacido. Mi navidad es que puedo decir y vivir que ha nacido, en mi, Emanuel. Amén.