"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Lucas 18.1-8 En todos lugares hay personas que no temen a Dios y a nadie. Vivimos tiempos malos, la hostilidad en el mundo aumenta, no se percibe el juicio y la gente se distancia de Dios. Cada uno vive sus propios criterios. No olvidemos que así fue en los días de Noé y en los días de Lot. Nuestros tiempos no están ajenos a esa realidad. Los días son malos. La necesidad es crítica. Nuestras oraciones deben ser urgentes, apasionadas y persistentes. Sin desmayo. La injusticia no es desconocida. Hay dolor a causa de la injusticia. Es por ello que la buscamos delante de aquel que no se corrompe. Los tribunales humanos aceptan chantaje y soborno pero el de Dios no. La mujer de esta parábola representa a quienes somos débiles, los que no tenemos, los que estamos solos, los que no tenemos mucho para alcanzar. Ella sería atendida, simplemente, por piedad. Esta mujer no quería tratos especiales, ni preferenciales sino justicia. Lo que esta mujer hacía era ir constantemente ante el juez. Le hacía saber que le “hiciera justicia de un adversario”. Aquel juez no quería atender su caso. El juez no tenía compasión. Sin embargo, pasado el tiempo su corazón cambió no porque entendiera la justicia de la mujer sino porque la mujer molestaba. NO quería perder la paciencia. El juez nos dice que no era buen juez. Admite que no teme a Dios ni respeta a nadie. El juez sabía que ella no se cansaría de ir a presentar su caso. Esta batalla fue ganada por una mujer que incesantemente se presentó al juez para que le hiciera justicia. Esa insistencia hizo que el juez fallara a su favor. Esta parábola nos muestra la necesidad de orar siempre y no desmayar. Esta parábola tiene como fin el presentar el juicio final. Mientras Jesús llega sigamos orando. No renuncies a la justicia que Dios te hará. No renuncies a la oración y la búsqueda de Dios. No desmayes a causa de lo que ves sino afirma tus pies y sigue el camino. ¿Hallará fe en la tierra? Muchos se hacen llamar cristianos solo de labios pero su corazón está lejos. Es tiempo de afirmar nuestra fe en medio de este tiempo y esperar con esperanza el regreso de nuestro Salvador. Hermanos y hermanas será como en los tiempos de Noé y Lot y algunos considerará esto como algo incierto pero solo viven cautivos por esta tierra y sus afanes. "¿Cuándo venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" Oremos: Dios justo y bueno. Juez eterno y de justicia. Ayúdame a tener fe y confiar en medio de los días malos. Solo en tu confianza puedo afirmar mis pies y seguir caminando. Seguiré orando y sé que si no desmayo tu justicia será mi salvación. En tus manos están mis tiempos. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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