"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Colosenses 2.6-7 Estamos ante la sección intermedia de la carta (2:6-4:6) se inicia con una declaración. Dice, David E. Garland, "las creencias que no tienen un impacto sobre nuestra conducta son inútiles". Es por ello que hay una conexión entre la fe y la práctica. Los colosenses han recibido al Señor y se les ha enseñado la fe. El que tengan a Jesús, como Señor[1], les distingue de los demás. Esos demás son oponentes. Jesús, es reconocido como, El Señor, no un héroe divino, un dios familiar o menor, o el miembro de un panteón de Señores. El vínculo con el Señor es lo que provoca la obediencia. La conducta debe ser consistente en su señorío. No es como otras religiones de misterio donde la preocupación es la ceremonia y no la conducta. "Estar en Cristo transforma, por tanto, el modo en que viven los cristianos"[2]. Es por ello que vivir es "andar" en él. Andar, de conducta, ética. Dunn, La epístola a los Colosenses y Filemón, 140, que cita D. Garland plantea que "la expresión es "equivalente" a "andar en el Espíritu" en Gálatas 5,16. Es por ello que en Col 2.7 se enumeran cuatro características de lo que implica "vivir en el Señor", (2,6).
1. Arraigados - aparece en tiempo perfecto (es la acción llevada a cabo en el pasado). Lo que les han enseñado está arraigado de manera efectiva en la fe. Es la imagen de aquel que confía en el Señor y cuya confianza está en él, (Jeremías 17.8 "Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto"). Nuestras raíces están sobre Cristo, quien nutre y sostiene a quien deposita su fe y confianza en él. 2. Edificados - aparece en tiempo presente. Plantea que los cristianos están en un proceso de construcción y no son un producto acabado, según D. Garland. 3. Fortalecidos (confirmados NVI) en la fe. Es la fortaleza por la fe o con respecto a ella. Sin la acción de Jesús en nosotros no es posible ser fortalecidos. Mucho menos da lugar el crecimiento. No somos nosotros los que nos hemos arraigado, edificados y fortalecido sino el mismo Dios en nosotros/nosotras. 4. Llenos de gratitud (acciones de gracias). Esa acción de Dios en las vidas evoca una gratitud continua. De la misma forma en que las hojas verdes señalan el bienestar de la planta, así la gratitud como "vida espiritual saludable"[3]. Quienes rebosan de gratitud no son presa fácil de la ansiedad y la duda. Es por ello que conocer la fe que profesamos de lugar a satisfacción. Dicha satisfacción no permite que falsas promesas o seducciones de fanáticos televisivos nos arrastren. Volvamos a preguntarnos, ¿qué es lo que hemos creído? ¿Quién es nuestro Señor? ¿Vivo en la fe que profeso por amor o por temor? ¿Con qué nos edificamos, nos fortalecemos, nos arraigamos? ¿Conocemos bien lo que creemos? Oremos: Dios y Señor Jesucristo, en la cruz tu diste lugar a la salvación de mi vida y a los demás. Conocerte cada día es afirmar lo que he creído y lo que dirige mi fe. Mis raíces, cual árbol, están en ti, Fuente que brota, de manera inagotable. Vivir, ahora, en ti es mi desafío. Así vivieron aquellos primeros cristianos y ahora nos toca a nosotros. En gratitud porque has sido fiel y me miraste he orado, en tu nombre amén. [1] Cristo Jesús como Señor, citado por D. E. Garland de Wright Colossians and Philemon, 57. "Comenta que Cristo es en quien está "la verdadera madurez, aquel que es el misterio de Dios", quien redime al mundo". Esto es tomado de: David E. Garland, Comentario de Colosenses y Filemón, del texto bíblico a una aplicación contemporánea (Miami, Florida: Ed. Vida, 2010), 159. [2] David E. Garland, Comentario de Colosenses y Filemón, del texto bíblico a una aplicación contemporánea (Miami, Florida: Ed. Vida, 2010), 159. [3] Ibíd., 160.
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September 2017
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