"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Salmo 62.8 “Esperad en él en todo tiempo... derramad delante de él vuestro corazón, Dios es nuestro Refugio”.
Esperar, esperar y esperar. Eso de esperar no nos gusta. No nos gusta esperar en las filas, ni en la sala de un hospital, ni en un restaurante etc. No nos gusta esperar. Sin embargo, la exhortación del salmista en su experiencia con Dios es la de esperar en todo tiempo. Dice que en la espera está acallada su alma porque de Dios viene la salvación. Dios solo hace que nuestras vidas tengan paz y descanso. Es por ello que en lugar de agitarnos o desesperarnos derramemos el corazón delante de Dios. Dejar en sus manos nuestra vida. Si derramamos el corazón estamos confiando que cada pálpito estará en la voluntad de Dios. Vivir confiados en Dios equivale a esperar y derramar el corazón delante de él. Esa espera en Dios implica que Dios actuará a favor nuestro. Un corazón arrepentido es un corazón derramado delante de Dios. Dejar que Dios se encargue de dirigir nuestro tiempo en el suyo es saber que será Refugio en todo tiempo. Ampárate en Dios y sabrás que el tiempo de espera se convertirá en una experiencia, profunda, con Dios. Mi Refugio es Dios y no importa la crisis derramar el corazón delante de él será la razón por la que esperaré en todo tiempo. Dios hará mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Oremos: Dios bueno. En ti confío y no dejo de creer aunque venga la tormenta. Tú eres mi Refugio y cualquier agitación que pueda tener mi corazón espera en ti. Cual sea mi desesperación hoy será sometida a tu voluntad y tiempo. Sé que será mejor cuando tú digas. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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