"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
“No me entregaste en mano del enemigo; pusiste mis pies en lugar espacioso”, Salmo 31.8 Confiar en Dios no deja que seamos confundidos. La confusión nos desenfoca y nos puede llevar al fracaso. ¿Estás confundido? Es como entremezclar las cosas, es decir arruinarlas. Es provocar que nuestros pasos vayan directamente al enemigo. Si hay confusión no sabemos por dónde caminar. Estamos en tiempos de tomar decisiones y las confusiones solo pueden tener orden si Dios nos da discernimiento. El discernimiento no permitirá que seamos presa del enemigo. NO dejes que el mismo enemigo te confunda. Si te confundes al escoger algo en el mercado lo puedes devolver; si te confundes al ir por una ruta puedes buscar un mapa y seguir; si te confundes de salón puedes ir al que te corresponde; si te confundes de día puedes verificar el calendario; si te confundes de hora miras el reloj, etc. No te puedes confundir con Dios; no te puedes confundir; en el camino de la vida; no te puedes confundir de esposa/o; no te puedes confundir de casa; no te puedes confundir de hijos; no te puedes confundir al colocar tu confianza; no te puedes confundir al mirar la Salvación porque solo viene de Dios. Si tu camino es uno de miles confusiones, entonces, haz de Dios tu confianza. Si Dios es tu roca fuerte, tu castillo y fortaleza, te guiará y te encaminará. Dios es Dios de verdad. Espera en Dios y no apresures tus pasos. Dios sabe cuál es tu aflicción y conoce tu dolor, por ello pondrá tus pies en lugar espacioso. ¿Lo cree? El enemigo no podrá tocarte porque Dios pondrá tus pies en lugar espacioso. Agradar a Dios es el principio para ser librados del enemigo. Los lugares espaciosos son la bendición que Dios comenzará a derramar sobre ti. Ese lugar espacioso es donde Dios reina. Si Dios reina no hay enemigo que te pueda tocar y podrás caminar libremente. Oremos: Dios de misericordia. Sé tú mi roca fuerte y mi fortaleza para salvarme. Mi vida está en tus manos. Cuando se agotan mis fuerzas yo confío en ti porque tú eres mi Dios. Guía mis pies y haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo. Tú me escuchas cuando clamo y mis premuras no tomaste en cuenta. Gracias por tus fuerzas en el camino.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|