"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Mi fe es mi manera de vivir con Dios. Mi fe permitirá que mis pasos sean firme ante los tiempos. La adversidad provoca desánimos continuos. En ocasiones nos frustramos. Nuestra mirada puede extraviarse por la pérdida de fe. El salmista decía: “Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí, hasta que, entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos”, Salmo 73.16-17. En ocasiones mirar las condiciones de los demás puede quitarnos la fe. Hay cristianos que miran la prosperidad del que no sirve a Dios. Ver que los que no sirven a Dios les va bien puede sacudir nuestra fe. Algunos pueden pensar que Dios no es justo. Seguramente has pensado así. Parece que servir a Dios trae más complicaciones en nuestra vida. ¿No me digas que quieres tirar la toalla?
No encontraremos respuesta en lo que vemos. El salmista se encontró en circunstancias como las nuestras pero hizo lo que debemos hacer nosotros: “entró en el santuario de Dios”. Allí se dio cuenta que su mirada estaba limitada por su fragilidad humana. Dios lo llevó a mirar el plano de lo eterno. El paso por esta tierra no limita nuestras vidas. El salmista entendió en la presencia de Dios “el fin de las situaciones” y vio cuan cerca estaba de una decisión fatal. Es por ello que puedo exclamar: “casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos”, Sal. 73.2 Entonces, Dios espera que nos presentemos ante él. Que busquemos su rostro. Dios nos espera en el mismo lugar. Nos hemos distraído con el facebook, twitter, wasap, etc., y nos hemos olvidado de mirar a su presencia. Estamos más entretenidos en las series de televisión que estar en sus atrios. Hay quienes falta al templo y no llegar a su presencia porque tienen que ver novelas. Esa es la razón por la que nuestras miradas se extravían y comenzamos a distanciarnos de Dios. Dios nos ama y espera que estemos en su santuario. No prospera el impío solo tiene cosas. Prosperar es tener a Dios y saber que después de toda situación podamos entender cómo Dios estaba obrando. Dios bueno. Ante ti estoy. Gracias por el día de hoy. Que nunca mi mirada se extravíe de ti. Solo tenerte me hará confiar en tu propósito. Eres mi fuerza ante todo lo que vivo. No tiene sentido mi vida si tú, Señor, no estás. Dame la capacidad de ver cada día tu obrar en mi vida. En ti esperaré porque solo tú me haces vivir confiado. En el nombre, de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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