"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Reseña del libro En clave de mujer… una Compañera para Mateo de Amy-Jill Levine (Gd.) Con un terreno, ya pavimentado, por mujeres como Anna Julia Cooper, Matilda Joslyn Gage, Angelina y Sarah Grimké, Elizabeth Cady Stanton, Sojourner Truth y Frances Willard, entre otras, se identifica en qué medida las mujeres han contribuido al desarrollo de la Cristiandad, con una estrategia que cuestione los documentos canónicos utilizados contra la mujer con el fin de silenciarlas, privarlas de derecho y constreñirlas. Dentro de la iglesia el análisis crítico-literario ha inspirado a numerosas mujeres a buscar su propio sitio en el canon, otras afirman su compromiso y a otras las ha llevado a promover cambios en las normas y en las prácticas eclesiales. Las representaciones literarias desembocan a favor de una mayor integración de las mujeres, y de sus puntos de vistas. La inclusión de la mujer en la historiografía, la exégesis y la hermenéutica ha sido una fuerza importante que impulsa la apertura de la Iglesia. No más marginación. Los trabajos feministas son la voz que se introduce en cada vez mayor número de aulas de estudio e incluso temarios, tanto confesionales como laicos. Los/las exégetas feministas de los orígenes del cristianismo difieren entre sí, en función del enfoque (literario, histórico, sociológico, crítica del texto, ideológico, transcultural…), del centro de su atención (la imaginería, la caracterización, el género, la trama, la cristología, la ética, la política, la polémica…); de la hermenéutica (de la sospecha, de la recuperación…); de su identidad (feminista, latina, africana, evangélica, lesbiana, judía, católica…), de manera que cualquier definición univoca de lo que es una exégesis feminista, implica simplificación. En “Mateo: Género y Exégesis”, Capel Anderson les presentó a muchos estudiantes de la Biblia al “lector reciente” de Tetterley o al “lector implícito”, de Iser, una exégesis feminista de Mateo en la teoría crítica y en una exégesis tan bien fundamentada que nadie pudo considerarla irrelevante. Capel Anderson comienza destacando los puntos de encuentro entre la crítica literaria feminista y la naciente crítica feminista de la Biblia. Persigue colocar de manifiesto las expresiones y actitudes androcéntricas; el intento de recuperar imágenes feministas positivas; el interés en el la experiencia de las mujeres, destacar el significado simbólico del género y central la atención en el lector. Capel Anderson aborda el Evangelio de Mateo con la importancia simbólica del género y luego el lector implícito.
El paralelismo entre la crítica literaria feminista y la crítica bíblica feminista se expresa de la siguiente forma: destacando el androcentrismo presente en los textos canónicos y en las interpretaciones que se hacen de dichos textos. Por otro lado, se intenta rescatar de los relatos las imágenes positivas de las mujeres y actitud positiva hacia las mismas y el enfoque en las mujeres escritoras. De manera que quienes interpretan un texto deben considerar seriamente no solo el lenguaje, sino, la clase social, el origen étnico y otras categorías analíticas, como el género. Otro enfoque es en el lector. Judith Fetterley, expresa la lectura de mujeres como hombres. Por lo tanto, hay que hacer una relectura desde una estructura distinta, sobre el canon, para incluir dentro de los mismos los trabajos de las mujeres escritoras una lectura distinta. Una lectura con sentido de alternativa. Lo que plantea Capel Anderson es la importancia simbólica del género en el Evangelio de MT para luego analizar el lector implícito en relación con la interpretación feminista. La posición de este análisis no es hacer un espejo en su análisis. Para ello es necesario ver el género en Mateo. El narrador, Jesús y los demás personajes hablan sobre hombres y mujeres. Y los hombres y mujeres figuran como personajes. El androcentrismo es palpable por parte del autor. En cuanto a la genealogía que figura al principio del evangelio es por vía paterna y el relato del nacimiento se centra en José. Las posiciones de poder y de estatus, incluyendo la de los líderes judíos y los discípulos, corresponden a hombres. A Dios se le ve como Padre. El carácter patriarcal tanto de los matrimonios como de las costumbres y prácticas sucesorias[1]. La enseñanza de Jesús presupone a menudo un público masculino[2]. La genealogía carga el destinatario. “Tanto, el autor, como el narrador implícito, el lector y el destinatario de la narración implícito, son prácticamente idénticos en Mateo”[3]. Lo que la genealogía expresa describe a Jesús, como el Mesías, hijo de Abrahán, y el hijo de David. De ello afloran los datos que describen. En cuanto al género, la genealogía corrobora el derecho por vía paterna de Jesús a ostentar esos títulos. Esto declara la empresa masculina con una pauta estereotipada de la genealogía[4]. Interesante, por demás, que dentro de ese linaje, y no como nota discordante sino inclusiva de Mateo, de cinco nombres femeninos en el linaje también establecen una pauta repetitiva. La razón de la inclusión de las mujeres se presenta de la siguiente forma, eran consideradas pecadoras y para los lectores de Mateo su inclusión prefigura la misión de Jesús como salvador de los pecadores, eran mujeres extranjeras y Mateo las incluye para demostrar que Jesús, el Mesías Judío, tenía un antepasado gentil, también las relaciones que tenían e iniciativa jugaban un papel dentro del plan Divino y eso las hace instrumento de la providencia Divina. Esa diversidad interpretativa demuestra la importancia que tiene el lector en el momento de conferir significado al texto. La clave está en que Jesús no tiene progenitor masculino y prepara el escenario para un nacimiento irregular. En Jesús no hay padre y eso levanta interrogantes. La gesta femenina se alimenta porque María, no solo da vida a Jesús, sino que lo engendra sin ayuda masculina. El papel de José justifica la línea masculina, pero la obra del Espíritu Santo acentúa el nacimiento irregular por una mujer. La acción de Dios en el nacimiento de Jesús presenta una nueva forma de comienzo, otro génesis, pues ya en el anterior, los hombres habían fallado, ahora el intento es con la mujer y funcionó, Jesús es hijo de Dios a través de María y es hijo de David a través de José. Como tema a seguir Mateo no se queda ahí, pues aborda los temas más medulares de la época. En el Evangelio de Mateo aparecen cinco grupos importantes de personajes: los líderes judíos, los discípulos, las multitudes, los suplicantes y los gentiles. Jesús interacciona con ellos y ellos con Jesús. El conflicto más grande lo tienen los líderes religiosos. Jesús como protagonista, inspira más confianza, sus juicios de valor son prácticamente equivalentes a los del autor implícito. En cuanto a la hemorroísa[5] (9,20-22) como, sobre todo, la mujer cananea[6] (15,21-28), juegan papeles importantes en el relato. Ambas son suplicantes y miembros de grupos marginales. La forma en que son conocidas enfatiza su marginalidad. El trato de Jesús, con ellas, rompe los rituales. ¿Abroga la Ley? El carácter, mesiánico, de Jesús se revela en los marginados. Los líderes religiosos, las multitudes, y los discípulos se les califican en contraposición a estos personajes. La hemorroísa, forma parte en el libro de Mateo del capítulo de los milagros[7]. Lo que se persigue es que el lector al leer cada relato contemple el otro. El magistrado suplicante pide, pero la mujer impura toca. Una mujer con una fe inquebrantable y una alabanza por Jesús. Luego aparecen los dos ciegos (9,27-31). Los ciegos también son marginados, igual que las mujeres. También los ciegos tienen fe, son curados a través del contacto físico. Estos ciegos reconocen a Jesús como hijo de David y Señor y desobedecen el mandato de no contar a nadie. La fe de la mujer fue compensada con salvación. ¿La de los ciegos? Los enfrentamientos de Jesús y los líderes judíos y con las reacciones de la muchedumbre en 9,1-8 provocan palabras como blasfemia ante sus ojos. Si Jesús perdona (9,3), enfrenta un problema social. Las normas establecidas, de relacionarse con publicanos y pecadores (9,9-13), y de no cumplir con el ayuno (9,14-17). Hay un acercamiento del magistrado cuando Jesús habla de vinos nuevos en cueros viejos (9,18). Los suplicantes no cuestionan a Jesús, sino que ellos creen en él. Los líderes se convierten en los adversarios de Jesús, pero la hemorroísa y los suplicantes se conducen a la fe. La mujer cananea se acerca a Jesús como mujer desarraigada, pero es gentil. El comentario de Jesús así lo expresa (15,24). La misión de Jesús se amplía ante la fe de esta mujer. La oportunidad de los gentiles acaba de ser confrontada por una mujer gentil. Esa misión/propósito afirma el mesianismo. En el NT, el término Padre, se utiliza para referirse a Dios, padres humanos y antepasados, o padres espirituales. Mateo utiliza o hace énfasis en la paternidad de Dios para reemplazar el padre en la tierra a favor del padre del Cielo. De todas las veces que Mateo se refiere a Dios como padre, en un 70 por ciento de las veces solo él utiliza este término. Esa locución de (Padre) en la boca de Jesús, influye en la teología de Jesús. La teología de Mateo se centra en Dios como padre; y el evangelio ubica al Padre en el cielo[8] de forma insistente y casi exclusiva. El contexto en que se sitúa la comunidad de Mateo revela la interpretación de Dios, como padre, en el contexto del lenguaje rabínico. Se alude a dos guerras contra Roma, las que pudieron contribuir a acrecentar el término (Padre) en las oraciones judías. Padre/Dios contra Roma. Jesús utiliza el término Padre y no Señor y Dios. Tanto en Marcos como en Mateo frente a los discípulos recurrir a la expresión padre para referirse a Dios. Cuando Jesús cita las Escrituras esgrime el término Señor para Dios. El Jesús de Mateo maneja la palabra Dios al conversar con antagonistas en 25 ocasiones, al conversar con los discípulos en 8 ocasiones y al hablar desde la cruz, en 2 ocasiones. El Jesús de Mateo en ningún momento expone ni su especial relación con Dios-como-Padre, ni de su comunidad a los ojos de sus adversarios. Este Jesús revela la relación solo a los “pequeños” a los discípulos. En donde Mateo utiliza Padre para referirse a los antepasados es frente a los fariseos[9]. En cuanto a los discípulos Mateo omite los jornaleros, destaca el abandono del padre, Zebedeo. Al dejar la barca dejan la vida terrenal o mejor dicho su familia de origen. Lo que indica una transferencia de hijos terrenales a hijos de Jesús con el derecho de ser hijos del padre celestial. Hay un énfasis en el aspecto “siguieron” y no “ir detrás”. El trato de hijos de Zebedeo los descalifica de la familia celestial, pero al ser hermanos actúan como parte de la familia celestial. Una expresión de uno de los discípulos que “pide ir a enterrar a su padre” (8,21-22), nos deja un poco confundidos/confundidas. La respuesta de Jesús es “deja que los muertos entierren los muertos”, muestra la clara sustitución de un padre terrenal. Esta actitud de Jesús es contraria a la tradición rabínica. “Mateo presupone que las personas buscan solamente lo mejor para sus hijos (7,9-10), pero que a medida que el padre terrenal es sustituido, la carga de la responsabilidad para con los mas pequeños pasa a ser una carga comunitaria[10]”. Esto trae a nuestro contextualizad la presentación de nuestros niños en el altar en un proceso de transición y responsabilidad comunitaria. Una opción/alternativa que brinda una paternidad celestial desde una colectividad, la iglesia. Simultáneamente en honrar a padre y madre los fariseos atacan a Jesús por no observar la tradición, pero Jesús arremete contra ellos porque la distorsionan. La construcción de una nueva familia en torno a Jesús y al padre celestial representa un contexto nuevo en el que cumplir el mandamiento de honrar se extiende a una esfera amplia y divina. El padre y la madre en una nueva familia pasan a hacer hermanos y hermanas de sus propios hijos, pues de esa manera se sobrepasa lo que impone la Torá de honrar al padre y a la madre. Mateo tiene una misión en el evangelio y es realzar lo que es la mujer como madre. Por ello el papel de las mujeres de la genealogía se desprende en ser madres, incluyendo a María, la madre de Jesús. Las madres de la genealogía tienen iniciativa, cumplen la voluntad de Dios y procuran el bienestar de sus hijos e hijas. “En virtud de la relación de parentesco con el padre celestial a la que son admitidos los que pertenecen al discipulado de Jesús, un nuevo grupo de parentesco remplaza a la familia de origen dentro de la comunidad de Mateo, incluyendo los gentiles”[11]. Hay por parte de Mateo una redefinición al derecho de ser miembro de la comunidad de creyentes. El papel de la Escritura antigua en Mateo es central, pero por su parte, a Jesús se le caracteriza superando las barreras que tanto la Ley judía levantan entre hombres y mujeres, y entre puros e impuros. La curación de mujeres afirma lo que su contexto social judío niega, es decir, su humanidad y su valía. “Al tocarlas, él hace caso omiso de los códigos de pureza y de ese modo los rechaza”.[12] A este argumento, no discrepo, pero creo que tocarlas extiende los códigos de pureza y no que los ignora. Me parece que Jesús tenía claro el código de pureza, pero tocar a esta mujer era afirmar la vida. La sociedad tenía un sangrado con los códigos de pureza, pero hacían sangrar la humanidad. Jesús detiene los sangrados para que los códigos de pureza se afirmen en el acercamiento y no en el alejamiento. Cuando Jesús toca, los sangrados de marginación social se detienen, aunque sea por asombro. Las mujeres cananeas en Mateo recogen la historia. Una historia de mujeres. Rajab esconde a los espías y les ayuda escapar porque conoce la historia de Israel y el Dios de estos. Siendo Rajab una mujer prostituta, es necesario indicar que pertenece a los miembros de la sociedad con menor rango. Desde la Torá[13], la profesión de la prostituta es detestable. Con más razón Rajab que pertenece al pueblo cananeo, cuyo holocausto será ofrecido a Dios en purificación de la tierra/sus tierras. Si la razón de ser cananea, ya condena a Rajab, se afirma su condenación desde la Torá por ser prostituta. Sin embargo, para Dios no es un objeto sino un sujeto que tiene un motivo activo prometedor. ¿Será que la obra de Dios encarnó en una mujer para liberación? La fe arranca la justicia de Dios y le mueve a misericordia. Jesús ignora a la mujer cananea, posiblemente, dejándose engañar por cómo la ve. Esta mujer provoca que Jesús la atienda, aunque sea, por su hija. Jesús determina su fe y sana a su hija. Jesús pierde una discusión y aprende de las migajas que se caen. Por otro lado, a Herodes y Juan como protagonistas del relato les queda relegado con Herodías. La hija no actúa como sujeto activo, sino el de objeto. Mientras, Jezabel, forma parte de esa historia con la que interactúa Mateo. Su casamiento es poco apropiado, por ella ser cananea. Sin embargo, una cosa es segura que la inclusión de la última mujer cananea le da otro sentido a la interpretación teológica de la Ley y los Profetas. De manera que la teología del reino de los cielos a la fuerza, como la de Elías y Juan, queda frustrada. En Mateo no se interpreta a partir, ya de los profetas, sino de Jesús utilizando aspectos proféticos provenientes de la tradición judía, especialmente de Isaías. Hay que estudiar bien a Mateo para poder evaluar su intención porque sus personajes son intencionales y su público extenso. La mirada femenina de Mateo abre lugar a los lectores/ lectoras inclusive. Mateo es sagaz en presentar atención a la familia como realidad concreta y como metáfora de la comunidad en su conjunto, en los capítulos 18-20. Las mujeres pocas veces aparecen, no son descritas, solo aparecen. Jesús compara los niños, débiles, con los adultos, fuertes. Los niños actúan humildemente y los adultos deben actuar así. El asunto del mayor, era interpretado con poder y para Jesús se habla de otro sentido. En el capítulo 19 surten efectos los códigos de familias. Aunque las mujeres son olvidadas e ignoradas. La mujer es vista soslayadamente y eso es consecuencia de su enfoque en los varones que son el eje del poder en su sociedad. Mateo truena contra la posición de fuerza y dominio con la intención de presentar una visión que restrinja el poder tradicional. Seguir a Jesús, en el evangelio de Mateo es un riesgo. Ante ello el joven rico no fue capaz de asumir ese riesgo. Las reestructuras Jesús las coloca hasta en su mensaje de muerte y resurrección. Mateo presenta a Jesús como modelo de esclavitud. Una sociedad esclavizada, como la que presenta el autor del Evangelio, da lugar a entender la función sumisa y con falta de derechos de Jesús. Esa visión no va con los hijos de Zebedeo. De manera que la crítica de Mateo es contra una sociedad atropelladora contra los derechos, las dignidades humanas. Si la crisis es tan grande podemos entender la madre de los hijos de Zebedeo. Un lugar privilegiado con quien tiene un mensaje esperanzador es necesario echarle mano. La clave no es el poder, sino que el poder está en el servicio. No estuvieron los hijos de Zebedeo junto a la cruz, pero esta mujer de lejos o cerca estuvo viendo en quien, entiendo que desde su expresión, sabía que tenía algo más que meros milagros. Esas peticiones no se hacen desde la nada, sino desde el conocimiento, desde la esperanza, de una madre que pide por sus hijos, lo que a otros oprime, poder. Ahora hemos llegado a las vírgenes que esperan al novio para entrar al banquete de las bodas y luego la parábola sobre la sabiduría y la insensatez, que opera como corrección, y que la autora del ensayo, resiste en su expresión. Este relato, de las diez vírgenes y no del novio, desde un análisis feminista tiene muchas complicaciones. Las mujeres no tienen voz propia y parece que la solución de sus problemas, ante una tradición social y teológica patriarcal, es a través de un novio. Aunque el público al que Mateo escriba pueda ser femenino la pregunta es quién habla. El relato está predispuesto, desde la perspectiva feminista, y estoy de acuerdo. No me gusta mucho el relato que censura desde el inicio a la humanidad. Esta claro que no importa si las vírgenes insensatas buscaban aceite o no eran insensatas/necias, de forma que no tienen escapatoria en un relato que determina quién se salva y quien no. ¿Si se hubiesen quedado habrían entrado, aunque con poco aceite? También las otras estaban durmiendo. ¿Si enmendaron su error, por qué no entraron? ¿Ese “Señor”, ese novio, quién era? Creo, que las cinco vírgenes, llamadas necias, reflejan una sociedad distinta, incluso con una teología distinta. Ciertamente todo esto desemboca en el sepulcro. Hay muchas cosas que sepultar/despedir, desde el lector implícito. ¿Qué hacen esas mujeres ante el sepulcro de Jesús? Ir al sepulcro era normal, era una práctica helénica muy antigua. La importancia es el papel que juegan las mujeres en el duelo, en los sepulcros, etc. Los cuatro evangelios armonizan con que las mujeres son las primeras en llegar. En los cuatro evangelios, María Magdalena y las otras mujeres son testigos de credibilidad, rechazada por los discípulos varones. En Marcos, Mateo y Lucas, las mujeres fueron testigos constantes de la muerte de Jesús, de su sepultura y del sepulcro vacío. En Mateo y Juan fueron las primeras a quienes se le apareció el Cristo resucitado. El análisis que se hace del sepulcro vacío es de sospecha. Sin embargo, ni el sepulcro vacío ni las apariciones a las mujeres pudieron eliminarse por completo. El testimonio de María Magdalena no podía ser reprimido, tan fácilmente, de la historia de la iglesia primitiva. La hermenéutica del recuerdo se hace desde la experiencia. El mensaje del primer encuentro pascual, fue otorgado a los miembros menos importantes. Las mujeres, discípulas, no solo caminaron con Jesús, sino que vieron su muerte en la cruz y cumplieron fielmente su diakonía, de servicio, testimonio y representación. El sepulcro vacío es un asunto de significado, más que de evidencia. De algo estamos seguro/seguras y es que es domingo en la mañana ocurrió algo ante el sepulcro. Ante lo antes expuesto por Amy-Jill Levine es vital volver a leer desde la sospecha cada historia, relato, cuento, fábula, leyenda, discurso, milagro etc., que se encuentre en la Biblia. También es responsable buscar en nuestra sociedad la forma de alinear el texto mateano a nuestra realidad histórica. Por ello hay que echar un vistazo a la entrada de la mujer, en Puerto Rico, a la vida pública. La mujer puertorriqueña, se había tenido sumida en el analfabetismo y la ignorancia desde la conquista. Digo desde la conquista porque el papel de la mujer indígena era otro. Su labor siempre fue en el interior del hogar. A mediados del siglo XIX aflora en las letras, particularmente. Fueron las mujeres criollas, las que llevan a Europa el reinado del alma, después de la Revolución Francesa, que produjo el Romanticismo. A Puerto Rico llegan hombres instruidos, con anhelo de separación, y se unen a las mujeres instruidas en la Isla. Surgen muchas poetisas, escritoras y dramaturgas. Algunas como Lola Rodríguez de Tió, creadora de la letra de “La Borinqueña”. Otra como Mina Besosa, hija del patriota puertorriqueño Don Manuel Besosa, exiliado en Nueva York, cose en sus manos la bandera de Puerto Rico independiente. En Puerto Rico surgen tertulias literarias dirigidas por mujeres intelectuales. ¿Si la función de la mujer en la historia debe ser recordada, debe presentar apertura, inquietar, traer sospecha, no silenciarse, etc., cómo recordamos las María Magdalena de Puerto Rico? ¿Cuántas hemorroísas hemos tenido? ¿Cuántas han visto solo un sepulcro vacío, pero han sido portavoces de la verdad? ¿Qué mujeres no debemos olvidar en nuestra Patria? ¿Cuántas/cuántos han sido silenciados y silenciadas? Mateo levanta estas interrogantes en quienes recordamos a quienes Jesús revela los secretos del reino. Puerto Rico tiene mucho que leer desde la sospecha, pero hay que leer sin olvidar, siempre recordando, como expresa Amy-Jill. Es necesario hacer la salvedad de que solo este es un grupo, de un gran número de mujeres que lucharon y luchan por estar en el lugar que siempre les ha correspondido, pero que le fue quitado. Algunas de ellas, María Bibiana Benítez, reconocida como la “primera poetisa” surgida en Borinquen. Escribe “La Ninfa de Puerto Rico” y “A la vejez”. Este último refleja una mujer interesada en los derechos que hoy se luchan en nuestros ancianos y ancianas. Carmen Hernández Araujo, poetisa, dramaturga y novelista. Fue sometida a grandes censuras. A sus 14 años escribe su primer drama, “Los Deudos Rivales”, su oda “Tres Coronas” obtuvo premio literario. Mariana Bracetti (Brazo de Oro), revolucionaria, distinguida del “Grito de Lares” en el que participó de forma directa y activa. Es ella quien borda la bandera de Lares, la cual se utilizó como emblema para proclamar la efímera primera República. De ahí el sobrenombre de “Brazo de Oro”. Fidela Matheu de Rodríguez, maestra poetisa, escribe sus primeros versos a sus trece años. Su seudónimo era “Luisa”. Ana Roque de Duprey, maestra y periodista. Pilar Defillo Amiguet de Casals, madre del célebre músico don Pablo Casals. Pilar estudia música y su hijo hereda, por lo tanto el hijo es lo que la madre le enseñó. Otras, para no ser engorroso en el documento, lo fueron, Ana Otero fue pianista, Monsita Ferrer se dedicó a la composición, Estela Mangual de Cestero dedicada a la poesía, Juana Colón huelguista, luchadora incansable de Comerío, contra los abusos de los tabacaleros, conocida como una vocera de los reclamos obreros, etc… son muchas más las que pudiéramos incluir. A todas les pedimos excusas, pero no pertenecen al silencio, a la marginación, sino a la historia de la equidad, debido a sus luchas. Quisiera finalizar con Julia de Burgos, quien nace en Carolina, junto a la quebrada de los limones, afluente del Río Grande de Loiza, que habría de ser mayor fuente de inspiración. Perteneciente a una familia pobre, marginada. Trabajó en Naranjito su profesión de maestra. Entre sus poema el que la inmortaliza es el “Río Grande de Loiza”, lanza el grito de su carne, dándose, toda entera, como símbolo vivo de ella y de su Isla. Exactamente lo que Mateo quiere exaltar, la entrega incondicional, es la lucha a la contra como dice, Waren Carter. El deseo de libertad y amor por su Patria tipifica el de Jesús. Julia “panteísta”, por muchos, amadora de la naturaleza por otros declara una teología escondida al decir: “Mi amor no roza con mi espíritu”[14]. Su muerte fue en los márgenes de una sociedad que nunca entendió, como no entendieron a Jesús, quién era Julia. No vamos a encontrar a Julia donde murió, como a Jesús tampoco, pero sí nos encontraremos siempre con los azotes de nuestra conciencia, como decía ella. Su postrer deseo, “el Camino Eterno” bajo las aguas del Río Grande de Loiza, no pudo ser cumplido porque no lo permitieron las autoridades. Pero reposa en su tierra. A nosotros y nosotras nos corresponde releer a Mateo desde nuestra cultura, desde nuestra lucha, desde nuestros márgenes y desde nuestra conciencia. Al que oprime, margina, discrimina, censura y lacera la dignidad humana desde los textos sagrados no le corresponde que el reino se acerque, pero si mira el sepulcro y está vacío sepa que fue por el anuncio de las mujeres. Ese anuncio les ofrece una oportunidad en las bodas con aceite o sin aceite, recordando al Jesús que había dicho que res [1] (1,18-25;5,31-32;19,1-12;21,33-43;22,23-33, etc.) [2] Este es el caso del Sermón del Monte cuando Jesús advierte a “todo el que mira a una mujer deseándola’ y a ‘quien repudia a su mujer-excepto el caso de fornicación’ (5,28-32). [3] Levine, Amy-Jill, En Clave de mujer… Una Compañera para Mateo (España: 2003) ,48. [4] Un varón (engendró) varón (es)- se repite 39 veces. [5] Ritualmente impura. [6] Es gentil [7] Mateo 8-9, se centra en la fe de los/las suplicantes. [8] Se le identifica como (celestial) o (en los cielos) en 20 ocasiones. Incluso, el cuarto evangelio, con 115 referencia a Dios como padre, ninguna identifica a Dios como (padre celestial) o padre que esta en los cielos. [9] Mateo 3,7-10; 23,30-32. [10] Levine, Amy-Jill, En Clave de mujer… Una Compañera para Mateo (España: 2003), 99. [11] Ibid. ,106. [12] Ibid. ,112-113. [13] Los padres no deben profanar a sus hijas, prostituyéndoles (Lv 19,29). El sacerdote no tomará por esposa a una mujer prostituta (Lv 21,7.14). Un bastardo no será admitido en la asamblea de Yahvé. [14] Rives Tovar, Federico. La mujer puertorriqueña, Su vida y evolución a través de la historia. (Nueva York, 1972), 218.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|