"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Génesis 3.1-7 Esa fue la pregunta que Dios le realizó a Adán en el huerto. Es la misma pregunta que nos hace hoy. NO podemos olvidar que la serpiente es astuta. Al mínimo descuido la tentación dirá presente. NO tomemos el relato superficialmente. Miremos con seriedad lo que fue una discusión que se debió reprenderse desde un principio. Los diálogos, nuestros, sobre qué hacer o no, siempre deben ser con Dios. Recuerdo un amigo, que estaba pasando por un momento difícil, se estaba separando, pero fue a otra persona que se había separado dos veces a buscar un consejo. ¿Qué usted cree? Una de las problemáticas más grandes que tiene nuestra vida es que Dios nos da una instrucción y no la seguimos. Adán y Eva no podían comer del árbol, pero fue más fuerte el discurso terrenal que el celestial. Tengamos cuidado, porque lo terrenal es temporero pero lo que Dios ofrece es Eterno. Comer del árbol fue mortal para Adán y Eva. ¿Cuál será nuestro árbol prohibido?
Lo que parecía eternidad a los ojos de Adán y Eva se tornó en su peor pesadilla. Fue la codicia lo que inundó su corazón, el deseo de aquello que no debieron comerse. 1. El árbol no era bueno para comer 2. Ni era agradable a sus ojos 3. Ni era, aquel árbol, para alcanzar la sabiduría Aquel árbol, simplemente, los desnudó. Aunque fueron inducidos por el enemigo a comer del fruto, ya habían sido advertidos por Dios para que no comieran. ¿Dónde estás tú? Oremos: Señor y Dios de toda sabiduría. Anhelamos tu consejo, ayúdanos en la tentación y que podamos responder a tu pregunta. No permitas que nuestros ojos se desvíen, que nuestro corazón codicie y que nuestra búsqueda de la sabiduría se equivoque. En el nombre de Jesús, Amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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