"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
“Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura”. Salmo 85.8 La situación de un pueblo provoca que supliquemos, cual salmista, a Dios por la restauración, la situación en cautiverio, dolor e incluso desesperanza. Es necesario clamar a Dios en medio de la crisis. Así, como lo vivió Israel, en su cautiverio. El salmo 85 nos muestra el clamor de un pueblo en medio de la crisis, en medio del dolor, de la angustia, a la vuelta del destierro, posiblemente. Las imágenes en los (vv. 1, 9, 11, 12) presenta la escasez y el hambre. Es un pedido al perdón, por lo tanto, a la vida. Quien pide perdón vuelve a vivir. Veamos: “Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura”. Salmo 85.8 Escucharé lo que hablará Dios. Es tiempo de escuchar a Dios. Así, como el profeta Habacuc: Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. Habacuc 2.1. Estamos confiados en nuestro Dios que es Gracia y Gloria. Debemos guardar la compostura y la esperanza. Hagamos silencio y escuchemos, con humildad, lo que Dios tiene que decirnos. Dios hablará paz a su pueblo. Dios no dejará de ministrarnos paz para que no nos volvamos a la locura. La paz será la esperanza por la que viva el pueblo para no volvernos a la locura. La Palabra de Dios evitará que cometas los errores que antes cometiste. Vivir confiados en la Palabra de Dios nos dará paz. Su paz nos dará esperanza. En esperanza no nos volveremos a la locura. Oremos: Dios de infinita misericordia. Ciertamente, nuestros días son duros. El pueblo vive como sin esperanza. Habla dolor y angustia como si todo se acabara. Han perdido la paz y la esperanza. Hoy afirmo que tu Palabra no permitirá que suframos locura. Nos sustentamos en tu Palabra y nos movemos en la paz de tu fortaleza. No permitas que la angustia provoque salidas precipitadas en un pueblo que pierde la paz inmediatamente. Quienes confiamos en ti afirmamos los pies, como tú afirmaste el rostro, para seguir los días y vivir la esperanza de la resurrección. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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