"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Dios sabe que andas por el desierto
Deuteronomio 2 Ciertamente, Dios, conoce nuestros desiertos. Dios bendice a Israel y la obra de sus manos y sabía por el desierto en que andaban. Ver Deuteronomio 2.7. Dios no deja de ver por las cosas que pasamos y sabe cuánto tiempo llevábamos así. El pueblo de Israel estuvo cuarenta años en el desierto pero Dios lo sabía y estaba con ellos y nada les faltó. Aún en nuestros desiertos Dios nos hace caminar y prosperar. Es probable que caminar tanto en el desierto o por el mismo lugar pueda hacerte desear lo que es de otro. Por un lado, no podían acercarse al territorio de Esaú, pero podían comprar. Era tierra que no heredaría Israel. ¿Cuál es tu desierto? No te afanes por tomar lo que no es tuyo. Dios tiene algo mejor. Aunque la tierra de Esaú era buena no era la que Dios quería para Israel. Tampoco puedes hacer nada, le dice Dios, con la tierra de Moab. Esa tierra ya tiene herederos. NO hagas la guerra contra ellos. Nos toca seguir caminando. NO dejes de caminar aunque el desierto se sienta inmenso. Dios, siempre, será más grande que tu desierto. ¿NO te ha sostenido hasta aquí? Dios le dijo al pueblo “levántate y pasa”. Excelentes palabras para un pueblo. Buenas para cada uno de nosotros. ¿Sabes quienes murieron en el desierto? Los hombres de guerra. Deja morir en ti lo que hay de guerra. Déjalo en el desierto pero no te quedes en el desierto. Aquel pueblo de Israel estuvo 40 años en el desierto porque en ellos había una generación de hombres que les gustaba la guerra. Dios no te dará posesión de herencia hasta que no dejes es espíritu de guerra. Cuando en el pueblo hubo muerto toda aquella generación de hombres de guerra Dios le otorgó su herencia. Dios bendecirá tu camino si no te apartas ni a diestra ni a siniestra. Si así caminas Dios comenzará a entregarte tu bendición. Cuando pasamos por el desierto nos hacemos más fuertes, más resistentes, más sabios, más capaces pero sobre todo más dependientes de Dios. Deja que aquello que es de guerra en ti muera hoy. Busca la paz y ama la justicia. NO seas de los que mueren en el desierto sino de los que lo cruzan. No olvides que Dios estará en tu desierto y nada te hará falta. Cruza el desierto con Dios y el desierto será una experiencia de fe. Oremos: Dios nos aferramos a ti. Nuestra crisis o desierto tiene diversas caras. Es por ello que acudimos a ti nuestro único Dios. Confiar en ti es saber que mi desierto es escuela de aprendizaje. En tus manos están mis tiempos y en tus tiempos esperaré confiado. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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