"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
El término mundo en el Antiguo Testamento y en la antigüedad no es la misma manera en que se interpreta en el NT y mucho menos hoy. En realidad podemos mirar el concepto mundo desde lo que es pecaminoso y no desde aquello que Dios creó con sus propias manos para nuestro disfrute.
15 No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, 16 porque nada de lo que hay en el mundo—los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida—proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. [1] Dios nos manda amar al mundo tanto como él lo amó. Es por ello que me refiero al mundo malvado y pecador que rechaza a Dios y se aparta de su gracia. Hablo del mundo en el que reina la muerte. Cuando se anda en la corriente de este mundo, que está bajo los dominios del maligno se corre el riesgo de caer en ello. Eso no lo podemos amar. Hay un mandato a no amar la concupiscencia, ese mundo material y carnal. No olvide que el mundo es pasajero pero Dios no. Es por ello que la sabiduría de este mundo es considerada necedad. Ella tiene fin, Dios no está en ella. Aquellos que hacen la voluntad de Dios permanecen para siempre. ¿Amas el mundo o la voluntad de Dios? El mundo y sus deseos representan la oposición a Dios. Dios no pretende ceder porque ya ha vencido pero sabemos que el príncipe de este mundo es Satanás. NO se confunda, podemos agradarnos de este mundo pero no es nuestra meta. Jesús es quien ilumina este mundo. El mundo se ha cerrado a la luz verdadera y es por ello que vive en tinieblas. Tú ya has sido alumbrado por Cristo. Solo tienes que aceptarlo como tu salvador. La sabiduría más extraordinaria se aprende cerca de Dios. Oremos: Dios de la vida. Te doy gracias por un día más. Estar en tu presencia me fortalece. No permitas que mis pasos estén tras las pisadas del mundo. Solo quiero ir en pos de ti. Guíame cada día. El deseo de este mundo no es más grande que el reino de los cielos. En tu nombre afirmaré mi vida en ti y seguiré en este mundo amándote a ti. Amén. [1] Reina Valera Revisada (1995) Bible Text. (1998). (1 Jn 2.15–17). Miami: Sociedades Biblicas Unidas.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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