Dios nunca nos abandona (Parte I)

Los días se nos hacen duros. Nos sentimos que las cosas como que no marchan. Todo se hace difícil y el dinero no da. La gasolina, el agua, la luz, la compra, etc., se hacen turnos para que los pongamos al día. Las promesas de Dios no las vemos cumplir. No te canses de esperar porque Dios no nos abandona. Si tus ojos revelan tu turbación ten fe, si tus tiempos no son los mejores, camina. Ante todo ello te puedo decir que Dios no nos abandona:

Aunque pienses que no hay donde pisar, Dios está ahí:

Mira a Sara y Abraham, dos personas que la vejez les alcanzó, pero Dios nunca advirtió que dejaran de creer. Dios no cambió de ideas. Ante la realidad del tiempo y lo tardío en la promesa Sara se rió al escuchar lo que Dios dijo. Después Dios añadió a la duda y la tristeza de Sara: "¿Hay para Dios alguna cosa difícil?". Muchas veces las circunstancias impiden que veamos el milagro. Sin embargo, Dios no nos abandona. El milagro de Dios no depende de nuestras circunstancias ni de cómo nos veamos, sino de la Fe que tengamos en él. El cinismo y la duda de Sara fueron disipados porque Dios cumple su promesa. No te impacientes a causa del tiempo, puede que todavía no veas llegar la promesa, pero aliéntese tu corazón porque Dios no nos abandona.

Oremos: Dios y Señor Jesucristo, mi Dios. Las circunstancias en que vivimos nublan nuestro entendimiento, debilitan nuestra fe y suscitan dudas. Te pido que nos dirijas, que nos sostengas, que nos ayudes en medio de la crisis que vivimos como pueblo. Tú eres el Dios que nunca nos abandonas. A ti nos acercamos para que nos des fuerzas y podamos confiar en tu promesa aunque parezca imposible ante nuestros ojos. En el nombre de Jesús, amén.