Dios fortalece

Isaías 35.3-4

Dios fortalece las manos de los débiles. Cuando las fatigas del día nos abruman y las fuerzas nos faltan, entonces afirmamos las rodillas. Como parte del cuerpo de Cristo, quien tenga las manos débiles y las rodillas vacilantes, les decimos que no están solos/solas. ¡Ánimo! Nuestra fuerza viene de Dios. No olvides que la fuerza de Dios es inagotable. Cuando tenemos a Dios, aún en el desierto nos alegraremos. 

Dios nos dice: "No temáis". Ninguna calamidad, por grande que sea, puede desequilibrar nuestra relación con Dios. En el momento de tu "no puedo más" Dios te dice: "no temas". Ante este veneno que nos acedia, esfuérzate y sé valiente. Si Dios es contigo, ¿quién contra ti?

Dios le hace saber al profeta, y a nosotros/nosotras que viene con pago. Que viene a salvarnos él mismo. Esto sí que es una buena noticia. Dios viene a salvarnos.

Oremos: Gracias Dios y Señor Jesucristo. Tú eres quien convierte nuestros desiertos en vergel. Tú eres quien hace que donde en nuestra vida hay soledad fluya tu acompañamiento. No temeré porque tú estás conmigo. En tu nombre, amén.