"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 28.20) Jesús se hizo uno de nosotros, tomó nuestra condición y se hizo tienda en nuestro campamento. No solo se hizo uno de nosotros sino que es el centro de todo diálogo con Dios mismo. Amar es su mejor plan de entrega en medio de este mundo. Por amor descendió, por amor subió a la diestra del Padre y por amor volverá a tomarnos para sí. Con Cristo el Reino de los cielos inicia aquí en la tierra. Cuando Cristo resucitó volvió la esperanza a nuestra efímera vida y aquello que está inanimado cobra vida. Su resurrección es amarra inquebrantable para vivir eternamente. ¿Quién te dijo que estás solo? Dios en Cristo nos abre el camino a la gloria. Dios en Cristo reconcilia lo alterado, lo lastimado, lo caído. Cristo te reconcilió con Dios gratuitamente y con amor. Lo que nos hace sentir solo es nuestro pecado, pero Dios en Cristo lo perdonó. El perdón es la oportunidad de volver sin señalamientos. Es Jesús entrega (comunión) plena de todos. Nadie puede estar solo porque Jesús no lo permite. Su acompañamiento es tal que quiere que seamos uno con él. Aunque no te des cuenta, camina contigo, te alimenta con su pan (vida), te da su palabra y te deja verle. Dios es fiel y nunca abandona la obra de sus manos. Por grande que sea la tormenta tú caminarás sobre las alas del viento y me levantarás. En lo más íntimo de ti y de mi Dios revela su presencia para que sepas que eres sellado con su imagen. Tú le perteneces a Dios y su promesa es estar siempre contigo. No hay tempestad que no calme, dolor que no sane, angustia que no reciba paz, tristeza que no reciba gozo si Jesús está contigo. No le llames coincidencia a lo que Dios llama propósito por su Palabra. Dios perdona tu alejamiento, tus pasos inconscientes, tu rebeldía, tu inconformidad, la huida por miedo, la evasión ante tu propuesta de seguirle. Te perdona porque sabe que tu vacío solo él lo puede llenar para que ya no andes solo. Oremos: Señor, Jesús, reconozco que siempre vas conmigo, aunque yo no me dé cuenta. Aunque me pueda sentir solo y no quiera levantar mis ojos, sé que estás conmigo. Tú siempre me acompañas. Tú eres fiel y nunca abandonas la obra de tus manos. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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