Dios es nuestro protector

“Porque yo estoy contigo y nadie pondrá sobre ti la mano para hacerte mal...”, Hechos 18.10.

1. “Yo estoy contigo”. Lo que Dios va a hacer contigo nadie lo puede detener. Si Dios te hizo una promesa cree que se cumplirá. Si tú no dispones en hacer lo que te toca no se cumplirá pero si actúas en fe verás cómo Dios te mostrará el camino. Quien piense que no alcanzarás tus sueños no ha leído este pasaje. “Porque yo estoy contigo”. Jesús prometió un acompañamiento, por el Espíritu Santo, todos los días. ¿Por qué lo dudas? No te desaliente lo que no ve más bien lo que no ves sea tu impulso. No caminamos por vista sino por fe. Cuando Dios actúa la naturaleza obedece. Si estás haciendo lo que te toca no tengas miedo. Dios siempre sabe qué hacer y cuándo. Ser firmes en el camino no define tus acciones sino a ti mismo.
2.  “Nadie pondrá sobre ti la mano para hacerte mal”. Aunque el miedo en ocasiones puede nublar nuestra vista lo que no puede nublar es nuestra fe. Ciertamente hay muchas razones para tener miedo pero hay muchas más para no tener. Cuando nuestros pasos son en fe nuestra fe afirma nuestros pasos. Los gigantes pueden estar de frente y provocar miedos pero lo que no pueden hacer es tocarte. “Nadie pondrá sobre ti la mano”.

Quien camina confiado en Dios no temerá a los gigantes que vea.
Quien sabe que Dios está con él no se detiene ante las circunstancias.
Si Dios es con nosotros quién contra nosotros.
No te dejes amedrentar por momentos adversos.
Si no entiendes ora y sino vez confía.
Si te faltan fuerzas espera y si crees camina. 

Oremos: Dios de la vida. Quita todo temor de mi corazón. Confío en que estás conmigo y nadie pondrá su mano sobre mí. Caminaré en tu nombre Jesús y alcanzaré mis sueños porque están en tu voluntad. Eres mi protector y no dejaré de afirmar mis pasos para alcanzar la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.