Dios abre ...

"... en las alturas abriré ríos ..., abriré en el desierto estanques de agua y manantiales de aguas en la tierra seca". Isaías 41.18

El desierto nos permite confiar en la obra magestuosa que Dios hará. Si llegó el desierto dependamos de Dios. Dios siempre hace lo que tú no piensas que hará. Cuando la desesperanza se asoma el milagro toma su lugar. Ningún desierto por grande que sea es eterno. Dios abre ríos, estanques y manantiales donde las cosas están desiertas y secas. A eso le llamo esperanza. Si Dios abre ¿quién cierra? Nadie. Todo lo que se desprende de Dios trae esperanza porque en sí mismo Dios es esperanza. No tengas temor de lo que parece no tener vida y está seco porque en este día Dios abre ríos, estanques y manantiales sobre tu vida. 

Oremos: Me acerco a ti Dios de toda esperanza. Ante las situaciones que vivimos a diarios pensamos que en lugar de la esperanza llegará la desesperanza, pero tú siempre tienes algo que decirnos. Abre lo que tengas que abrir a favor nuestro. No temeremos por grande que sea el desierto porque no está en el sequedal la desesperanza sino la oportunidad para un milagro. En el nombre de Jesús, amén.