"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
"Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, Verán esto muchos y temerán, y confiarán en Jehová". Salmo 40.1-3
Todos y todas nos hemos encontrado en apuros. El alivio que esperaba el salmista estaba en Dios y solo en él. El alivio no llegó rápido, pero esperó pacientemente. El motivo de mi esperanza está en que Dios nos escucha. Cuando esperamos en Dios hay una enseñanza segura. Dios se inclinará, es decir, te atenderá como quien atiende a su hijo y oirá lo que le quieres decir. Dios oirá tu situación por difícil que sea. ¿Cuál es tu pozo de desesperación? 1. Dios te hace salir de ese pozo de desesperación 2. pone o coloca tus pies sobre un lugar seguro 3. endereza tus pasos Cuando la mano de Dios asiste nuestros procesos su fin es derecho. Quienes hemos caminado en lugares llenos de lodo sabemos que es muy difícil dar un paso firme. Mucho menos es posible afirmar los pasos. ¿Se imagina a Dios sacando sus pies del lodo, colocándolos sobre la peña y enderezando tus pasos? Quizás tu desesperación sea grande pero jamás es más grande que el Dios que puede sacarte de ahí. Es posible, salir del lodo, si tu confianza está en lo que Dios puede hacer y no en tus pasos torcidos. Si estás en el lodo cenagoso tus pasos no son firmes ni derechos y esa es la razón por la que no sales. Si piensas que estando en el lodo das pasos firmes te invito a que te llenes de humildad y reconozcas que no es así y que Dios puede darte esa esperanza. No podemos dar pasos firmes en los lugares que nuestra propia debilidad nos colocó. Dios pondrá un cantico nuevo. Quiere decir que hará de tu clamor un cántico. En el lodo el clamor es desesperante pero sobre la peña el cántico es nuevo. La obra que Dios haga en ti será lo que vean los demás y ello les llevará a mirar y confiar en Dios. Oremos: Dios y Padre amado. Tuya es la gloria y toda la honra. Nuestro clamor está delante de ti pero yo tengo la esperanza de que tú me oirás. No tengo duda de lo que harás y sí estoy seguro de que podré cantar con la alegría y el gozo de haberte creído. Mis pasos están en tus manos. Te alabaré y te exaltaré desde lo más profundo del corazón. No confío en mis fuerzas y mis capacidades sino en tu poder y tu mano. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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