"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Éxodos 32.1 Dios estaba hablando con Moisés y la desesperación inundó el corazón del pueblo. Dicho sea de paso, un pueblo muy religioso. Era tan así que no podían sentir el silencio de Dios por más de un mes. Moisés estuvo en el monte más de 30 días y el pueblo se acercó a Aarón y le dijeron: 1 “Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.[1] ¿Se dieron cuenta de la desesperación del pueblo? No podemos actuar por impulsos. Si Dios no contesta no quiere decir que nos ha olvidado. Llevo años esperando que Dios me conceda una petición y solo espero en su voluntad. Es muy probable que la tardanza de Moisés, siendo tan humano como ellos, fuera desesperante, pero la de Dios tiene propósitos. Si Dios tarda es porque nos quiere enseñar algo. El pueblo se le acercó a Aarón y le dijeron: “levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros, no sabemos que le haya pasado a este Moisés”. Lea otra vez la oración y mire con cuidado, “levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros, no sabemos que le haya pasado a este Moisés”. Su desesperación fue tal que buscaron hacer dioses que hicieran lo que Dios había hecho con ellos durante el camino. Por un instante imagínese que Dios está haciendo cosas grandes en su vida y solo porque hubo silencio en un momento dado usted decide cambiarlo por algo que no es real. Por otro lado, Moisés no los sacó de Egipto, sino Dios. Moisés no era Dios. Ellos habían puesto su confianza en Moisés y parecía le consideraban un dios. Al no ver a Moisés consideran pertinente buscar a otro dios para que les siga ayudando en el camino. Realmente a Moisés no le había pasado nada pero a ellos sí. Moisés estaba en tiempos de gloria pero ellos cambiaron la verdad por la mentira. No se le ocurra renegar de Dios y buscar cualquier dios para que le acompañe. Lo cierto es que quien puede manejar un dios con sus manos es quien controla a ese dios. El Dios que yo sirvo ni es manipulable, ni responde a mis intereses porque es Dios. Dios no se sujeta a mí sino que yo me sujeto a Dios. El pueblo que olvida a Dios no tarda en hacerse dioses. Sigue esperando en Dios y tarde que temprano su mano te levantará y concederá la petición de tu corazón. No endurezcas tu cerviz y abre tu oído a escuchar el silencio de Dios. No te desesperes por lo que Dios va a hacer porque siempre su acción es buena pero cuídate tú de no dañar con tus propias manos lo que es en el tiempo de Dios. Esperar es difícil pero nos enseña. Equivocarnos es de humanos pero cambiar a Dios porque tarda es de necios. Oremos: Dios de la vida. Tú eres Dios y ello implica que no puedes hacer lo que yo diga sino lo que tú quieras. Presento mi vida, nuestro pueblo y nuestras congregaciones delante de ti. Nada ni nadie nos engañe. Nuestros tiempos están en tus manos. Tu tiempo es tu tiempo y no lo cuestionaremos. Sé que nos enseñas algo y solo te pido que me enseñes lo que debo aprender. En la desesperación confiaré en que tú tienes el control y nada hará que mi vida busque otro dios. Tú eres mi Dios, te exaltaré y bendeciré tu Nombre. Por Cristo Jesús, Señor nuestro, amén. [1] Reina Valera Revisada (1960). (1998). (Éx 32.1). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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