"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Salmo 22.2 "Dios mío, clamo de día, y no respondes; y de noche y no hay para mi reposo".
En muchas ocasiones hemos llamado a alguien y no contesta el teléfono. ¿Qué usted hace? Vuelve a llamar; le deja un mensaje, le envía un mensaje de texto, le escribe por whatsApp, etc. Es decir que ud busca la forma de comunicarse, insistiéndole. El salmista expresa lo mismo desde su tiempo. Le hablaba a Dios y Dios no respondía. La no respuesta de alguien que llamamos es desesperante, cuánto no más la de Dios. Les exhorto tres cosas: 1. No pierda la paz porque mientras él haga silencio ud estará en diálogos con Dios. Quejarse es asunto de humanos y creer y esperar es un asunto de cristianos/cristianas. 2. Acepte que ud es humano y tiene límites, por lo tanto, no pierda la confianza. El silencio de Dios también puede ser un cuidado. Nuestra mente no comprende la dimensión de la misericordia de Dios y eso es lo que nos lleva a desmallar. No olvide que creerle a Dios es confiar en él. 3. Insista en su oración. No olvide los días en que de otras situaciones Dios le libró y le respondió. Cada día es la muestra de misericordia que Dios tiene para mostrarte que tiene un propósito contigo. Insiste sin desesperación a la voluntad de Dios no a la tuya. Oremos: Señor, que guardas silencio y hablas. Quizás este sea el momento en que haces silencio ante lo que te pedimos. Enséñanos a esperar y confiar porque nuestra humanidad se desespera. Capacita mi impaciencia para continuar clamando. Reconozco que soy limitado por lo que no puedo comprender los procesos que sólo te pertenecen a ti. Perdona mis quejas, sana mi impaciencia, porque tu silencio es difícil para mí. Hoy oro a ti en la confianza de que me contestes o no me contestes, seguirás siendo mi Señor y mi Dios. En tu nombre, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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