"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Eliseo estaba trabajando cuando se encontró con aquel personaje (Elías) al borde de uno de los surcos. Entre el llamado y la acción Eliseo aprendió muchas cosas pero sobre todo a ver con unos ojos distintos. Se dio cuenta que muchas de las cosas más trascendentales en la vida no se ven a simple vista. Cuando se trata de mirar aquello que existe en el interior es necesaria la luz de nuestro Señor. Eliseo se dio cuenta que Elías estaba a punto de salir de su presencia. Es por ello que se empecinó en seguirle para ver la manera en que Dios tomaba su vida. Eliseo pidió de aquello que tenía Elías. Eliseo quería tener el espíritu de profeta que tenía Elías. Elías le aclara que eso es un regalo de Dios y que por ser regalo de Dios lo da a quien quiere. Elías le dice: “Eso no depende de mí. Si el Señor Dios te regala el don de ver lo que sucede, entonces, lo recibirás. Si no, no.
Eliseo pudo ver como su amigo fue arrebatado al cielo en un carro de fuego. Ese día Eliseo recibió aquello que anhelaba. Eliseo recibió el espíritu de profeta. Tenía sobre sí la responsabilidad de seguir con sus amigos y ser su maestro. Ahora le tocaba hacer lo que hizo aquel hombre y golpeó con su poncho las aguas del Jordán y estas se dividieron. Quienes lo estaban mirando se dieron cuenta que ese espíritu de profeta estaba en él. Desde ese día a Eliseo le correspondió enseñarles a sus amigos a ver las cosas con ojos distintos. A ver las cosas con los ojos de Dios. Te toca a ti seguir viendo con ojos distintos y enseñando a otros a ver con ojos distintos. Lo que en nuestra sociedad es visto como incambiable a los ojos de Dios tiene otra mirada. En los ojos de Dios no falta la esperanza. Que cuando la gente nos vea se dé cuenta que tenemos el Espíritu de Dios, más que el de profeta, maestro, etc. Oremos: Dios ayúdanos a ver cada día de una manera distinta. Que nuestros ojos fijos en ti provoquen la fe más grande que hayamos experimentado. Allí donde veamos huesos secos podamos ver un ejército de vida, donde veamos un sepulcro vacío veamos vida, donde veamos escases veamos panes y peces multiplicándose, donde veamos desesperanza nos ayudes a ver esperanza. Que nuestros ojos sean como los tuyos y al ver en el camino, Señor, veamos distinto. En tu nombre, Jesús, amén. Pd. Dios te ayudará a ver lo que humanamente no puedes ver.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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