"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Jeremías 33.3 "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces".
Cuando expresamos un clamor estamos llamando a alguien, nos dirigimos a alguien, gritamos, nos desahogamos. Clamar (qara) es gritar para llamar la atención. El profeta Isaías plantea que es "Clama con voz en cuello, no te detengas, alza tu voz como trompeta...", Isaías 58.1. También implica llamar a alguien por su nombre. Así como cuando Dios llamó a la luz días y a las tinieblas noches (Gen). Dios nos hace un llamado a llamarle (clamar) a él. NO ha otro sino a él. De algo estoy seguro es que la promesa de Dios tiene una respuesta. Dice la escritura si me llamas te respondo. Te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Dios tiene reservado para ti para mí una promesa inimaginable. Si nuestro clamor está bien dirigido lo que Dios nos va a enseñar es más grande que lo que tú y yo podemos comprender. Lo oculto es lo que no ha sido revelado. Dios te hará partícipe de una bendición tan grande que lo oculto de ella es lo que hace que la pidas a gritos. Pídele a Dios y su señal será revelarte más de lo que tú mismo/misma le pides. También sabemos que no recibimos porque pedimos mal. Entonces, evaluemos nuestra oración y si lo que pedimos, en nuestro corazón, no es conforme a la voluntad de Dios, no sigamos pidiendo eso. Clame pero no chantaje a Dios, porque Dios sabe qué usted le dice. Hay una promesa si clamamos. Oremos: Dios yo sé que tú oirás cuando yo clame. También sé que no me darás lo que te pida porque crea que me conviene, sino que me darás conforme a entiendas que puedo recibir. Clamo a ti Señor en la confianza de que me enseñarás lo que no conozco para afirmar tu promesa y mi fe. Tú me oyes y confío que me mostrarás, aun lo que no entiendo. En tu nombre, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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