"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Amar a Dios hará que muchos crean....
"Con todo eso, aun de los gobernadores, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la de Dios". Juan 12.42-43 Ya sabemos que los conductores del pueblo tienen unas funciones particulares. Que más que funciones son responsabilidades. En aquel tiempo a Jesús lo acusan y muchos líderes no estaban de acuerdo con esa acusación, porque "creyeron en él". Pero a causa de los religiosos, en este caso los fariseos, "no lo confesaban". Era un comportamiento de cobardes, de tristeza y no de valientes. Aquellos fariseos y lideres habían convertido a Jesús en enemigo del pueblo, (ver Jn 11.57). Todos estaban obligados a denunciarlo, tan pronto supieran dónde estaba. El plan de ejecución sobre Jesús había iniciado. Interesantemente habían dado órdenes "si alguno supiese dónde estaba, lo manifestase, para que lo prendiesen". ¿Se da cuenta que jamás Dios estuvo en el corazón de ellos y por ello tenían que mandarlo a buscar? Cuando tenemos a Dios en el corazón no mandamos a buscarlo para denunciarlo sino que lo vivimos para anunciarlo. Nuestra vida de cristianos/cristiana no puede ser estorbo a que otros y otras le crean a Dios. ¿Sabe cuántas personas no van a la iglesia porque nos hemos convertido fariseos de la religión? ¿Qué es lo que nos importa realmente en la vida cristiana? ¿Que gente llegue a Dios o que nadie le crea a Dios a causa de nuestro mal comportamiento? ¿Qué es lo que verdaderamente amamos, la gloria de los hombres o la de Dios? Oremos: Señor y Dios que revelas tu gloria a la humanidad a través de tu hijo, Jesús. Te pido que me ayudes a no ser estorbo para que otros y otras alcancen la misericordia que me alcanzó. Te suplico que me ayudes a dar testimonio y no ser un religioso que quiera con su testimonio denunciar en lugar de anunciar. Quiero que sepas que amo más tu presencia y tu gloria que la presencia de los líderes. Te amo Señor y solo quiero que muchos lleguen a ti. En el nombre de Jesús, amén.
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Varios días muertos (cuatro para ser precisos) llevaba Lázaro en el sepulcro. El consuelo del pueblo era real. Muchos judíos habían llegado a consolar a las dos hermanas (Marta y María). El recibimiento que le hicieron a Jesús fue un reproche. Los malentendidos afloran. Le dice Marta: "si hubieses estado aquí, mi hermano no hubiera muerto". Aunque esta expresión es de resignación es contrastada con la que sigue: "pero lo que le pidas a Dios, yo sé que te lo dará". Hasta ahora Jesús ha hecho silencio y su primera expresión es "tu hermano resucitará". La confusión de Marta es que piensa que la resurrección de su hermano es en el futuro, "yo sé que resucitará... en el día postrero". ¿Cuántas veces nos ocurre lo mismo? Confundimos las acciones de Jesús con lo que es Jesús. Creemos pero no sabemos. El asunto no es lo que Jesús pueda hacer sino lo que es Jesús. Marta no sabía quién era Jesús. Ante la desesperación que pueda asediar tu vida Jesús es "la resurrección y la vida". Marta quería ver lo terrenal, pero Jesús le dijo quién era. Jesús es más que un milagrero. Jesús es el salvador, es la resurrección y la vida. Ante la muerte Jesús es esperanza. El saber nuestro sobre la vida y sobre la resurrección es nuestro saber de Jesús. El creer en Jesús se esperanza para la vida. NO es meramente saber de Jesús, pues eso lo hace cualquier estudioso, sino creer en Jesús. Jesús transformó el momento más triste de Marta y María en un espacio de afirmación de fe en su persona. La muerte del que cree no es para siempre "¿Crees esto?". Marta contestó, "sí, Señor yo he creído, que tu eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo". Yo también le creo y sé que Jesús es el hijo de Dios que ha venido al mundo. La fe no se sostiene de milagros terrenales sino de esperanzas eterna en Jesús nuestro Señor.
Oremos: Señor Jesús, hijo y Dios mío. Muchas veces he confundido mi necesidad con mi fe. He querido que complazcas mis deseos en medio de mi dolor. He enfocado mi vista en lo que me pueda consolar, pero no en lo que sea para la eternidad. En ocasiones soy como Marta, es decir, te malinterpreto. Ahora vuelvo a mirarte y creo que más allá de mis deseos eres la resurrección y la vida. Que para vivir eternamente debo creerte terrenalmente. Susténtame de tal manera que no piense en lo inmediato que me puedas dar sino en lo que tienes reservado cuando te revelas al ser humano. YO sé que eres la resurrección y la vida. En el nombre de Jesús, amén. Hebreos 11.6
Quienes vivimos en fe y por fe hemos comenzado a agradar a Dios. La Escritura dice: "sin fe es imposible agradar a Dios". Agradar a Dios es tener la alegría de complacerle. El envío de Jesús fue afirmado por que agradó al Padre. Se expresó Dios de Jesús " este es mi hijo amado en quien tengo complacencia". Es decir, es de quien me agrado. Es quien hace lo que yo quiero, quien obedece, etc. Agradar a Dios es acercarnos a El creyendo que le hay. No dudes de la existencia de quien hace cada amanecer, hace soplar los vientos, fluir los ríos, etc. Crea que le hay y su fe agradará a Dios. Oremos: Dios que guarda y sustenta cada vida. Atiende nuestros momentos de duda. Quiero ver cada día la grandeza de tu poder, no necesariamente en obras y señales, sino en tu amor en cada instante. En el nombre de Jesús, que es Dios y que sé que es real, amén. Tenemos que esforzarnos cada día. Los sufrimientos diarios nos harán tambalear pero no desmayaremos porque el Señor está con nosotros. Si de algo no podemos fiarnos es de nuestra propia naturaleza. Pero la palabra de Dios es fiel: "si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él, si le negáramos él también nos negará, si fuéramos infieles él permanece fiel, él no puede negarse a sí mismo". 2 Timoteo 2.11-13.
Oración: Dios y Señor Jesucristo. Ayúdanos a enfrentar cada día. Necesitamos enfrentar las dificultades que tenemos con fuerzas, pero sólo con las tuyas es posible. Mira nuestra condición, de que somos humanos. Fortalece nuestros pasos y afirma nuestra vida. Confiamos en que cualquiera sea nuestra situación tú permaneces fiel. En el nombre de Jesús, amén. La palabra de Dios para el profeta fue: "Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras". Jeremías 18.2
Allí Dios le habló al profeta, ahora te habla a ti. ¿Por qué no te levantas? ¿Cuánto tiempo en las mismas rutinas de la vida? ¿Para qué continuar sin razones para vivir? Hay una perentoria divina para ti: "Levántate". La situación económica ha trastocado nuestra comodidad. Estamos ante los desafíos más grandes de todos los tiempos. Nos levantamos para ir a la casa del alfarero. Allí en donde el alfarero le da forma a la vasija. Estamos en tiempos de ajustes. Tiempos de aprender a vivir con menos. Vivir estos tiempos y sobreponernos a ellos nos hará mayores mayordomos. Siempre aprendemos algo. Que este tiempo de crisis sirva para que oigamos palabra en la casa del alfarero. Es tiempo de oír. Sin embargo, levántate y ve a hacer lo que haya que hacer. Oremos: Dios que tienes palabra de vida. Dios que forma mi vida cada día. Dios que me levanta. Aquí estoy para escuchar tu palabra. Este tiempo en que las situaciones son complicadas me levantaré e iré a tu casa para escuchar tu palabra. En el nombre de Jesús, amén. Juan 5.5,8
El tiempo no es un límite para Dios obrar. Sí es un límite para nosotros actuar. Para muchos si el tiempo ha pasado ya hay una barrera de imposibilidad. Para esos la esperanza no es una alternativa. Son de los que dicen, "es que llevo tanto tiempo en esto que no creo que esto cambie". ¿Por qué dudar de lo que Dios puede hacer? Siempre hay tiempo para Dios actuar. No dudes del poder de Dios porque, incluso, casi cuarenta años no son un obstáculo para Jesús obrar tu milagro. El actuar de Dios no está condicionado a lo difícil de tu situación. Por 38 año el hombre estuvo frente al estanque porque nadie lo podía meter al agua. Aquel hombre, sin aparente esperanza, creyó las palabras de Jesús. "Levántate, toma tu lecho, y anda". ¿Habrá algo imposible para Dios? No importa cuántos años hayan pasado en tu vida con la misma condición. Jesús llega y las opciones se abren para una nueva esperanza. El tiempo no es un obstáculo para Jesús obrar. Oremos: Dios que trasciende. Dios que afirma su amor no importa el tiempo. Dios que actúa a favor nuestro siempre. Que si alguna situación hoy no tiene esperanza ante los ojos de alguien tu amanecer le haya brindado una opción de confiar. En el nombre de Jesús, amén. "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis muchos fruto y seáis mis discípulos". (Juan 15.7,8).
Quien permanece vitalmente a Cristo destila fruto de las cualidades de Cristo. La transformación nuestra no es en el exterior sino en el interior. Una relación con Jesús nos lleva a pensar como Jesús, vivir como Jesús, actuar como Jesús. Nuestras oraciones no serán monólogos sino diálogos. Recibiremos porque nuestra oración no es nuestra sino de todos. Permanecer implica firmeza. Nuestro fruto será el resultado de diálogos con Dios y no decisiones nuestras. Para llevar fruto debemos permanecer en Jesús. Oremos: Señor. Nuestra vida no tiene sentido si tú no estás en ella. Que nuestro diálogo en oración nos permita ver fruto. Glorifico tu nombre porque tú nos escuchas siempre. En el nombre de Jesús, amén. “Porque Jehová será tu confianza y él guardara tu pie de quedar preso”. (Proverbios 3.26) Estos tiempos de tanta irregularidad, incertidumbre, inseguridad, etc. ¿En quién confiamos? Las crisis y desgracias son la orden del día. Cada momento en nuestro mundo hay situaciones que nos desaniman. El temor se profundiza por los espantos repentinos. Hay gente en pánico y terror. El ser humano se desparrama sin propósitos, sin sentido, sin dirección y todo parece un clima de desesperación. Lo que no podemos olvidar es que nuestra sociedad es lo que nosotros mismo hemos construido. Ante ese cuadrado de desaliento nos encontramos cada día. La diferencia es que estamos en esta situación pero con nuestro Señor. Confiar en Dios es caminar confiado, en que nuestro pie no tropezará, es tener seguridad de acostarnos sin temor, etc. Dios me da seguridad porque en mi cotidianidad es mi mejor compañero. Mi confianza, en estos tiempos, está en Jesús. Tus pies no caerán en las trampas porque Dios no permitirá que quedes atrapado. Oremos: Dios de todos los tiempos. Dios de la historia y la vida. En este tiempo de incertidumbre solo quiero que seas mi seguridad. En el nombre de Jesús, amén. "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas". (Proverbios 3.5-6).
El primer paso para avanzar en la vida es confiar en el Señor. Confiar en la sabiduría humana es un asunto de cuidado. Por lo tanto, cada persona debe tener sumo cuidado al basar sus decisiones en un criterio personal que ignora el consejo divino y muestra un orgullo insano. Apoyarse viene de (sha'an) que significa "sostenerse a través de". No te sostengas en tus propios consejos y busca el consejo de otros y el divino. Tenemos que renovar nuestra manera de pensar e imitar a Jesús. Somos cualificados como homo sapiens (sapiens: sabiduría racional), pero el pecado distorsiona toda sabiduría. Reconocer a Dios en nuestros caminos es volver a dejarle a él las riendas de nuestros caminos. Las veredas de nuestra vida en Dios tienen alternativas de enderezarse. Oremos: Dios y Señor. Perdóname por las veces que me apoyé en mi propia opinión. Por las ocasiones que no reconocí que mi camino era mejor contigo. Me vuelvo a ti para que mi camino jamás se doble. En el nombre de Jesús, amén. "Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán". (Proverbio 3.1-2).
Las palabras de Dios siempre traen bendición y alegría. La Ley es la instrucción, palabra hebrea (torah). Los mandamientos de Dios nos brindan largura de días y años de vida. Es un secreto descubierto para todos y todas. No olvidar la Palabra dada por Dios afirma nuestra vida. Y la vida es mejor porque nos brinda, a través de ella, paz. Una cosa es vivir y otra vivir en cantidad y en calidad. Esa calidad y cantidad nos la brinda la relación y fidelidad a Dios. Oremos: Gracias Señor Jesús por un nuevo día. Hoy propongo no olvidar tu Palabra, tus mandamientos porque sé que en ellos encuentro paz. Que así pueda vivir cada día. En el nombre de Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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