"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Lucas 12, 13-21 Lo que has acumulado, ¿de quién será? En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: "Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia." Él le contestó: "Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?" Y dijo a la gente: "Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes." Y les propuso una parábola: "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será? " Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios." Jesús advirtió que nos cuidáramos de toda avaricia. Fue enfático en decir que la vida del ser humano no consiste en la abundancia de bienes. La vida está del ser humano no se mide por lo que posee. Ni por dónde vive. Hay quienes quieren vivir en una lugar particular porque sino su imagen social se afecta. YO recuerdo muchos de mis estudiantes haciendo alardes de los lugares en que vivían, cuantos carros tenían en la casa, si la piscina era más grande o no, etc. Ellos/ellas siempre pensaban que su vida dependía de la posesión. Entre más tenían más querían. Una de las cosas que más me llamó la atención fue cuando hacían "el día casual", en el que podían ir sin uniforme a la escuela, por un dólar, utilizaban ropa de color. Era increíble escucharlos decir que siempre que había un día de eso ellos iban a comprarse ropa nueva. ¿Puede creerlo? ¿Cómo es que había que comprar ropa nueva? La avaricia es la respuesta. Los padres/madres e incluso abuelos y abuelas, dando con el corazón a sus hijos, lamentablemente, se olvidan de la formación del mismo. Muchos de nuestros jóvenes no valoran lo que los padres/madres le dan. Creen que se lo merecen y que es obligatorio dárselo. Déjeme decirle que desde muy pequeño, yo, tenía que trabajar. Cuando trabajamos lo que tenemos no codiciamos lo del otro/otra. No se trata de tener demás, sino lo necesario para vivir. Cuando sudamos nuestras cosas nos damos cuenta que tener lo necesario es suficiente para vivir. El vivir en un lugar u otro no define lo que somos. Enseñémosle a nuestros muchachos y muchachas que lo poco que tienen ha costado. Que el esfuerzo es cada día que asistimos al trabajo, que si quieren algo tienen que luchar por ello, pero no le enseñe la avaricia. Ya Jesús nos advirtió que no es buena.
Aquel hombre, en la parábola, tenía tanto que no sabía donde guardar sus frutos. Determinó derribar su granero, para hacerlos mejores. En los mejores guardaría todo. Dijo: diré a mi alma, "Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate". Ese es el pensamiento mezquino de quien se ha olvidado que la vida es como la flor del campo. Ese pensamiento de acumulación de bienes, de que la gente vea cuanto tengo, es ambicioso y despampanante. ¿Estaremos llamados a tirarle en la cara a la sociedad lo que tengo? Dios le dijo a aquel hombre: "Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has provisto, ¿De quién será? ¿Hemos analizado si verdaderamente estamos haciendo la mejor imagen delante de Dios? Que no se nos olvide que no es lo que acumulemos frente a la gente. Nuestro día final puede ser en cualquier momento. Aquel hombre hablaba consigo mismo, por eso dijo: "diré a mi alma". Hablemos más con Dios. Dios siempre tiene algo que decirnos. No dude en decirle a su alma que de qué sirve tenerlo todo y no tener a Dios. Quien venía a buscar el alma de aquel hombre no era Dios. Es por ello que Dios le dijo: "Necio, esta noche vienen a buscar tu alma". NO era Dios quien le buscaría. Debemos tener cuidado a la hora de ir caminando en la vida. Las acumulaciones terrenales, si alegran mi alma y no alegran a Dios, de qué sirven. Así es el que hace para sí tesoros, y no es rico para con Dios. Oremos: Señor, Dios y dueño de todo cuanto existe. Gracias por lo que me has dado, por lo que tengo, por lo que soy, gracias por mi familia, gracias por una madre que me enseñó el valor de las cosas. No permitas que mi alma se pierda o la venga a buscar alguien que no seas tú. Así quien ore hoy conmigo, dale lo necesario para vivir, si no tiene haz provisión, permite que nuestro corazón y nuestra alma sean ricos para ti. En el nombre de Jesús, Amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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