"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Entonces Asa clamó al Señor su Dios: «¡Oh Señor, nadie sino tú puede ayudar al débil contra el poderoso! Ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque sólo en ti confiamos. Es en tu nombre que hemos salido contra esta inmensa multitud. ¡Oh Señor, tú eres nuestro Dios; no dejes que simples hombres prevalezcan contra ti!». 2 Crónicas 14.11
Clamar es pedir con vehemencia o desesperación. Es un grito de auxilio. Así lo hizo Asa. En primer lugar reconocemos que Dios es quien puede ayudar al débil. Es probable que la batalla que estemos enfrentando nos haya debilitado. La debilidad puede traducirse como cansancio pero no como derrota. Si acudimos a Dios el salmista dice: "Dios tú me ayudas"; "Señor escudríñame", Pedro clamó "Señor Sálvame". ¿Cuál es tu clamor? El Señor le dijo al profeta "clama a mí y yo te responderé". Asa había comprendido que su vida estaba mejor en las manos de Dios. Es por ello que hacía lo recto delante de Dios y procuraba presentarse a Dios aprobado. Para eso quitó toda idolatría de delante de Dios. ¿Qué tienes todavía que quitar de delante de Dios? ¿Sabes que había en aquellos tiempo un descuido en el altar? Todo era realizado en el templo, pero había descuido en el altar. El descuido era porque había muchos dioses y muchos altares. Lo voy a decir otra vez "había muchos dioses y muchos altares". Tuvo que quitar esos altares y esos dioses para volver el rostro de los sacerdotes y el pueblo al Dios de su padres. Dios no obra por medio de instrumentos sino por sus fuerzas. Asa ha entendido esto y grita "Ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque sólo en ti confiamos". El sabe que Dios es su Dios y no otro. Creo que debemos meditar en las simplezas pero profundas palabras que acabamos de decir. ¿Quién es nuestro Dios? Asa no se fortalece en su ejército sino en su Dios porque Dios es su confianza. Asa depende de Dios ¿y tú? No olvide que el enemigo está invadiendo a Asa y en lugar de salir gritando a cualquier lugar se acerca a Dios gritando que solo él puede ayudarlo porque no tiene otro Dios en quién confiar. Asa salió en el nombre de su Señor y señala que quienes vienen contra él son solo simples mortales. Cuanto lo sentimos por quienes se levantan contra nosotros, pues las batallas del cristiano no son nuestras sino de Dios. Cualquiera que se enfrente a nosotros peleará con Dios y perderá. No prevalecerá quien contra los hijos/hijas de Dios se levanten. Si quieres que Dios sea quien pelee tus batallas entonces quita cualquier cosa que haya cobrado sentido de dios y de altar en tu vida. Pon tu confianza en el Dios tuyo. El Dios tuyo a quien tú continuamente sirves nadie le ha vencido jamás. Acudir a Dios desde nuestro clamor es reconocerle como nuestro Dios y Señor. Dios vencerá en nuestras batallas y ningún mortal por fuerte que se sienta es capaz de soportal la mano de Dios. Oremos: Dios de toda fuerza y poder. Perdona las veces que hemos creado altares y dioses donde solo debes ir tú. Perdona las veces que nuestras oraciones solo han revelado nuestra debilidad pero jamás el Dios que nos defiende. Dios perdona los momentos en que desconfiamos en que puedes hacer las cosas. Aquí estamos porque tú, Señor, Jesús, eres nuestro Dios y fuera de ti no hay quien salve. Eres mi Dios y delante de tu presencia presento mi causa porque en ti confío. Para ti no hay nada imposible. Acude a nuestra necesidad porque ningún mortal podrá hacerte frente y solo tú puedes ayudarnos a vencer. En el nombre de Jesús, amén.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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