"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Romanos 12.1 "Que presentéis vuestros cuerpos", a eso Dios nos exhorta. Que ofrezcamos vuestros cuerpos. La gracia, como fuerza de la resurrección no nos deja salida, sino, ofrecer nuestros cuerpos, ponerlos al servicios. Es un reclamo sobre el cuerpo, bueno ¿nosotros/nosotras somos el cuerpo de aquel que es la cabeza no? Ese ser nuevo, no merece esas misericordias y ello es lo que implica, en obediencia, nuestro ofrecimiento. Hablando de esa gracia dice K. Barth "no admite rebajas, que solo acepta lo entero. Gracia es el hacha aplicada a la raíz de la buena conciencia...". "En sacrificio, vivo, santo, agradable a Dios: que es vuestro culto racional". El ser humano y Dios. Frente a frente. Entre el actuar de un culto auténtico. ¿Cultos auténticos?
Santificar, es separarlo, ponerlo a disposición de Dios, ofrecerlo, como sacrificio. La exhortación dirigida a nosotros/nosotras en virtud de las misericordias de Dios apunta a poner a su disposición, el cuerpo, nuestra existencia histórica, visible y sensible. Es decir nuestro ser. Sacrificio es entrega, es nuestra renuncia en favor de nuestro Dios, es el regalo sin condiciones. Si somos objeto de entrega, renuncia y donación, entonces el sacrificio es el reconocimiento absoluto a Dios. De sacrificios Dios sabe. ¿no? Es lo vivo, lo santo y agradable a Dios lo que está bajo el telos de la vida. El sacrificio no es una acción humana en la que se ejecuta la voluntad de Dios. Un sacrificio, es más bien, una demostración visible en pro de la gloria de Dios, exigida por Dios (Dios quiere ser glorificado). No olvide que Dios sigue siendo Dios no importa los sacrificios que usted y yo podamos hacer. Nuestros sacrificios no hacen que su voluntad se desvíe de su propio camino. Todo actuar o no actuar humano da pie para aludir al actuar divino, el único que merece en realidad tal nombre. Si la construcción no es sacrificada, entonces no es el Reino de Dios, sino la Torre de Babel. Todas nuestras acciones deben ser acciones determinadas como indicaciones significativas y testimonios para la gloria de Dios. Quien determina si nuestro sacrificio sirve o no es Dios. Lo que sí tengo claro es que cuando lo hacemos lo hacemos con honestidad, vivo, santo y con la intención de agradarle. Dios paga y determina según nuestras obras. Quien tenga a Dios por un Señor demasiado duro como para desear ofrecerle este "culto divino auténtico", que se de vuelta porque tiene demasiados bienes". ¿Estaremos agradando a Dios? ¿A quién? ¿A quién sacrificamos al pueblo? ¿A quién santificamos al hombre/mujer? Nuestro pueblo tiene vida, nuestra comunidad es viviente y ello provoca que seamos alcanzados por las misericordias de Dios. Por lo tanto, razonemos. Oremos: Señor, Jesús y Dios mío. A ti me acerco con temor y temblor. Contigo estoy perturbado constantemente, pero asumiendo tal perturbación como la oportunidad para ofrecer mi vida en santidad y sacrificio que te agrade. Ayúdanos Señor, siempre, en tu nombre, Amén. Estamos comentando y citando a K. Barth y su análisis sobre Romanos 12.1 Barth, Karl. Carta a los Romanos. Segunda impresión. Madrid, España: Biblioteca de autores cristianos, 2002.
2 Comments
Maria Ortega
11/8/2013 08:32:19 am
Pastor Me encantan todos mesajes Su histria cuando usted estudiaba a la luz de una vela
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Maria Ortega
11/8/2013 08:37:03 am
Pastor No olvide que usted es mi consegero spiritual. Usted me ha ayudado mucho. Cristo me transformo y todavia estoy feliz con mi Bautismo.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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