Allí tu estás

Salmo 139.7-8

¿ A dónde me iré de tu Espíritu? ¿y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

¿Sabe que hay dos o tres personas que son prófugos del Señor? Sí prófugos porque hace tiempo que Dios les está llamando y corren más que cabra en monte. ¿De qué te sirve esconderte de Dios? ¿De qué sirve buscar excusas y plantear argumentos delante de Dios? No huyas porque no importa a donde te escondas Dios te ve. 

1. Dios es omnipresente, es decir que está presente en todos lados a la vez. Esa es una de tus desventajas. No importa si viajas para ocultarte de Dios, si no sales de tu casa, si no respondes a su llamado, Dios tiene fijo sus ojos sobre ti.

2. Dios es omnisciente, es decir, lo sabe todo. NO solo conoce nuestras acciones sino nuestros pensamientos. Nuestras condiciones son conocidas por él. Nuestro Padre sabe de qué tenemos necesidad. La presencia de Dios siempre está para arroparnos, pero hay quienes salen corriendo.

3. Dios es omnipotente, es decir todo poderoso y tiene suprema autoridad sobre toda criatura. Su autoridad no es algo impositivo, es por eso que permite las cosas. Su poder no es utilizado ante nuestras vidas como debería porque ciertamente no estaríamos aquí.

Escúchame bien, puedo seguir con los atributos de Dios, pero al fin y al cabo, lo que te quiero plantear es que Dios es por encima de todo. No trates de evadir lo invadidle, no huyas, no te escondas de lo insondable. Dios es presencia y esa presencia no evadible. ¿Huyes del Señor? ¿Te escondes? Hoy es un buen día para que le digas que ya te cansaste de huir y postrarte a sus pies. Atrévete y acércate al dador de la vida. Busca un lugar de sana doctrina y pon tus rodillas en su presencia. Cuando dejes las cosas al ritmo de Dios te darás cuenta que es mejor.

Oremos: Dios que todo lo sabes, Dios que todo lo puedes, Dios que estás en todo, solo a ti adora mi alma. Ten misericordia de nosotros y si alguien huye de ti muéstrale tu amor una vez más. Nadie puede escapar de tu presencia, de tu Espíritu porque tú eres nuestro creador. En tu nombre, amén.