"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá...”, Ap 1.7
En estos días hubo un eclipse. Una experiencia única ya que no volverá a verse otro así en nuestra Isla hasta el año 2045. Hubo quienes dijeron que eso no era algo importante, sin embargo, para nuestros hijos que nunca habían visto uno fue una experiencia magistral. Ver a los cielos y participar de una experiencia como esa es un grato recuerdo. ¿Sabía usted que Jesús vendrá y que todo ojo le verá? Ciertamente ese día del eclipse buscamos gafas para verlo e hicimos lo imposible por vivir la experiencia. Aquello que nos asombra no está en la tierra sino en el cielo. Vale la pena recordar la emoción de la gente por ver el eclipse, la cobertura noticiosa, las dinámicas educativas, etc. Jesús vendrá y no necesitaremos gafas, aunque brilla más que el sol. Se necesita un corazón que le reconozca como Salvador. Jesús será visto por todo los ojos. Será un momento espectacular. Ese día será mejor que la experiencia del eclipse. ¿Estás preparado para verle e irte? Ese día y esa hora no la conocen los científicos. Durante la experiencia del eclipse los científicos marcaron la hora exacta, pero de ese día en que Cristo venga nadie sabe. Es por ello que necesitamos estar preparados para verle. Será una experiencia que desembocará en la eternidad de la salvación o eternidad de la perdición. La Palabra no dice que los que no le conocen no le verán sino que todo ojo. Sin embargo, irse con él es otra cosa. Yo quiero verle para siempre. Son los últimos tiempos y de eso no hay duda. Por ello, no descuides una salvación tan grande. Si quitas tu mirada de Dios, podrás volverle a ver, como Pedro, pero te hundirás por falta de fe. Que tu fe no claudique a causa del tiempo para que al ver a Jesús todas estas tormentas terrenales solo hayan purificado tu vida para la eternidad. No dejes para mañana lo que no sabes cuándo ocurrirá. Estar preparados para ver a Jesús es un llamado. Agárrate porque te quedas. NO te sueltes aunque las tormentas sean las más feroces porque ese día que le veas habrá gozo o tristeza. No hay más alternativas. Afirma tu vida en Dios para que tus días esperen ese momento glorioso de verle cara a cara. Oremos: Dios bueno. Moisés vio tu gloria y solo experimentó ver tus espaldas, pero nosotros te veremos cara a cara. En ti esperaré y disfrutaré que mi familia también lo haga. No quiero que nadie se pierda. Sé que si no llegas es por la espera de aquellos que necesitan la salvación. Hoy confío en que el día que vengas pueda verte y seguir contigo a la Patria Celestial. Que mis ojos puedan verte y aunque ahora no te puedo ver sé que estás aquí. Te veré y no dejaré de servirte mientras esté en esta tierra. En el nombre de Jesús, amén.
1 Comment
José Alvarado
26/8/2017 05:33:26 pm
Saludos. Muy buena reflexión. Un día de estos voy a visitar tu iglesia. Bendiciones.
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AutorPastor José Báez Báez Categorías
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