"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
La trama del “Gran Torino” se desarrolla en barrios estadounidenses en los que permean la guerra sectorial. El escenario destaca la zona multicultural a la que la sociedad esta sometida. Ello revela que la sociedad se ha ubicado en zonas como un microcosmo. Hay japoneses, chinos, Coreanos, hispanos, etc. Dentro de la sociedad también se adhiere cada cultura y cada espiritualidad. De manera que la amplitud cultural devela una espiritualidad diversa. Ello promueve la construcción de templos que atienden las necesidades de cada cultura.
A través de un vehículo y un personaje repasamos el concepto de identidad global, ese punto de encuentro donde se reconocen los "americanos", ventana con vistas a la que el mundo se asoma. Walt Kowalski (Clint Eastwood), veterano de la Guerra de Corea, pasa su soledad observando la podredumbre y decadencia de su espacio vital[1]. Agrio, inmortaliza el gesto desencajado en una perpetua sensación de náusea y arcada ante los nuevos valores, de las nuevas modas. En Kowalski se reúnen serios rasgos definitorios del denominado "american way of life". El elemento más evidente es la veneración a la bandera, ondeante en el jardín, parte accesible y vulnerable de la propiedad privada, ello me recuerda la mía en la sala de mi casa puesta en la pared, pues mide cinco pies, en eso el Sr. Kowalski y yo nos parecemos. Gran Torino, objeto de deseo, remite a otro tiempo "mejor", a un pasado añorado, casi bucólico, y al mismo tiempo recuerda la invención de la "cultura del automóvil", en la que el cowboy remplaza la tranquilidad de la pradera por la jungla de asfalto. Ya no corren animales sino carros. La película se desarrolla en un templo de la Iglesia Católica, en el sepelio de la esposa de Walt. El cura que representa a Dios en persona (un Dios al cual, el Sr. Walt, no tiene especial aprecio), criticado constantemente, pero finalmente representativo de la cara más conciliadora de la religión católica, hasta la cara del cura es conciliadora por verse como un niño. Un conflicto familiar, producido por una total falta de entendimiento y una familia disfuncional, desconsiderada y absolutamente repugnante y codiciosa, que no muestra respeto ni amor alguno por sus allegados, que solo pretende salir de su padre. Prejuicios iniciales que acaban siendo sustituidos por amor y voluntad de crecer, de aprender del otro. Un pasado marcado por ríos de sangre derramada y errores que no se pueden dejar atrás del todo, que carga desde la guerra en Corea y no ha superado. El hombre, Sr. Walt, a medio camino entre justiciero y héroe, siempre diciendo lo que piensa sin remilgos, arisco mas bondadoso, dispuesto a defender hasta la muerte lo que considera justo y necesario. Presentare todos los encuentros del Padre con el Sr. Walt y luego asumiré la postura en relación al clérigo. El primer encuentro del Sr. Walt con el cura se da en el sepelio de su esposa. Tradicional, en su totalidad. El mensaje fue acerca de la muerte. El segundo acercamiento del Padre es en la casa del Sr. Walt, quien expresa su agradecimiento por el cuidado de su esposa. El Padre le aborda con la confesión y recibe un insulto, pues es considerado un niño de seminario. El próximo acercamiento, del Padre, fue también insultado. Este dialogo fue uno abordado como un asunto personal. El Padre le pregunto que si tenia algún problema con el. El próximo acercamiento se da en un bar, donde se encuentra el Sr. Walt, este último le exalta su persistencia y se sientan a dialogar. Esta conversación fue una más fructífera que las anteriores, sin embargo el Padre prometió la confesión, a lo que el Sr. Walt reacciona que no sabe nada de la vida y la muerte. El describe la muerte, por su experiencia de guerra, pero el Padre le critica no saber nada de la vida. Su próximo acercamiento se da porque el Sr. Walt cuida a Tao, a quien le llama Teo, de la banda de sus propios familiares. Le recalca el dialogo que habían tenido y que si había enloquecido. Le exhorta a dejar la carga que viva en paz. El sexto encuentro, entre Walt y el Padre se da bajo la violación de (Zu, hermana de Tao). El padre esta furioso, la pregunta del Sr. Walt es que Ud. haría, pero el padre no da una contestación precisa sino que le pregunta ¿Qué harás? El Padre sabía lo que haría. El penúltimo encuentro es en el templo y se da la confesión, que soluciona con el credo. El padre sabia a lo que iba el Sr. Walt, pero su método fue un tanto distante de la realidad porque supuso donde ocurriría la desgracia, pero no se acerca a quienes podían provocarla. Luego de morir el Padre llega, en el último encuentro, como el primero, se desata la expresión de todo lo que aprendió de la vida y la muerte del Sr. Walt. En cuanto a mi posición sobre la intervención considero que el acompañamiento fue uno legítimo, sin embargo no todos los acercamientos fueron asertivos. Por ejemplo, haberle prometido a la difunta que su esposo se confesaría, me parece un acto peligroso, en términos de abordar por los sentimientos. Por otra parte haber llegado al bar para dialogar, fue inadecuado pues llego a un lugar que podía afectarle. Asumir la postura de un dialogo en un bar, considerando que pueden contestar bajo los efectos del alcohol, es un tanto imprudente. También considerar que era algo personal fue asumir una postura de problemas entre ellos. No puede tenerse ninguna postura personal. Mientras no saber que decirle sobre la venganza fue permitir la masacre sobre la vida de Walt. No discrepó sobre la venganza sino que afirmo su furia. No acompañar cuando sabía qué era lo que iba a hacer el Sr. Walt, me pareció inadecuado. Admiro su persistencia, su esfuerzo por lograr la confesión, pero no el método. Los diálogos fueron muy escuetos, sin embargo, en muchos de ellos, era vital que se fuera del lugar. Los encuentros no perseguían estar, acompañar como Padre sino la confesión. Entiendo que cuando abordamos a alguien para trabajar presionado no podemos perseguir nuestros intereses, sino los de la gente. Eso es lo que hace que mi postura en términos de proceso lo hallé inadecuado, aunque no del todo. Hay que tomar en cuenta que el Padre solo se preocupaba por que la promesa que hizo se cumpliera. No conocer a Walt le provoca los diálogos insultantes. Me parece que hay que hacer un alto porque el “Chaman” le hace una “lectura”. Esa lectura ensordeció su conciencia. Fue otra espiritualidad a la acostumbrada, no fue una confesión, sino en una descripción que le sacudió la cabeza y los sentimientos. ¿Seria esa lectura un acelerador a la confesión? No podemos descartarla, pero parece no ser relevante. Creo que eso era lo que tenía que hacer el Padre una lectura de la vida de Walt, teniendo el conocimiento de su esposa. No le saca millaje a conocer a través de la difunta a Walt. En cuanto a mi curso a seguir en casos como este pudiera partir de haber conocido al Sr. Walt, antes que su esposa falleciera. Tener acercamientos más pastorales que protocolares. Es vital un acompañamiento en toda la familia y no solo a una oveja. En el caso del Padre solo hay diálogos, pero yo oraría en todo momento. Iría a su casa y lo abordaría por su soledad, si esta bien de salud, conocerle, etc. Creo que esta intervención fue muy atropellante. Debemos visitar los enfermos y moribundos. ¿Habrá visitado al Sr. Walt, el Padre? Entiendo que no. Ese es el primer paso. Mantener un dialogo con la familia. Constantes llamadas. Demos guiar la conversación a que la persona hable con libertad y escuchar atentamente. Toda expresión debe ser consoladora y esperanzadora. La postura del Sr. Walt fue de aislamiento. Ese aislamiento es un mecanismo de defensa. Su enojo constante, su rostro demudado, es la expresión de su constante frustración con la vida. No se si sabia ya de su enfermedad, pues sabia que estaba enfermo y Dios no lo escuchaba. Ese coraje con la vida lo lastimo. Haber estado tan cerca de la muerte, en medio de la guerra, le hizo perder el sentido de la vida. La congoja por la perdida de su esposa fue parte de ese aislamiento. Creo que la forma de acercarse debió ser acompañamiento y no tratar de conseguir su objetivo como Padre. [1] José Miguel Viña Hernández, Gran Torino. Clint Eastwood , EUA, 2008.
0 Comments
Leave a Reply. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|