"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Salmo 95 Que tal si hoy alabamos a Dios en lugar de pedirle. Si lo exaltamos reconociendo que es Dios. Porque es Dios grande, lleguemos ante su presencia con alabanza. Cántame a Dios y dile que merece toda la gloria. Dios es maravilloso y su poder sobrepasa todas la cosas. No hay Dios sino Jesús para mi. Vengan y postrémonos delante de Dios. Las alturas son suyas, la tierra y su profundidad, el mar y lo que hay en él. Nosotros somos sus ovejas y si oímos su voz no endurecemos el corazón. Te alabo Señor porque eres mi Salvador. Te alabo Señor porque eres mi sustento. Te alabo Señor porque en ti no me falta nada. Oremos: Dios bueno y de misericordias. Tú mereces toda alabanza y adoración. A tu sólo he creído y a ti sólo he alabado. No daré lugar a otros dioses porque tú estás por encima de todo. En el nombre, amén.
0 Comments
Siempre he escuchado que el trigo y la cizaña crecen juntos. Un agricultor sabe distinguir el trigo de la cizaña. No es ese el problema, sino que las plantas han crecido tan cerca que sus raíces se han ido trenzando unas con otras haciendo imposible la operación de arrancar la cizaña sin que se arranqué también el trigo. La situación está en las raíces. Así que hay que esperar el tiempo de la cosecha y así eliminamos la cizaña sin miedo de arrancar el trigo. La realidad del creyente es que está sujeto a muchas influencias y opciones. Ahí en ese campo es que el Evangelio cambia el corazón, pero sólo será distinguido cuando lleve fruto. Se acuerda de las palabras de Jesús "por sus frutos los conoceréis". Lo que no podemos olvidar es que mientras haya trigo habrá cizaña. La mezcla es irremediable. Eso es así porque en el campo de este mundo es que demostramos que somos verdaderos portadores de los valores del reino de Dios. Es en el mundo el lugar para vivirlos concretamente. No vivimos apartados de la comunidad sino que estamos incertados en la comunidad. Somos espigas de trigo, en contacto con la cizaña. Por lo tanto debes librar tu batalla sin dejar de ser trigo. Porque en la ciega final Dios pondrá fin a esta mezcla y allí separará Dios el trigo de la cizaña. La contaminación a la que nos exponemos es mucha, pero nuestra FE nos dará la victoria. Oremos: Dios y Señor bueno. Mi vida te adora y te bendice. Te doy gracias por que en este mundo tú ere mi Dios. Guíanos y guárdanos para que el día de la cosecha hayamos dado fruto. En tu nombre. Amén. Pedro, afuera, en las sbras de la noche sigue llorando amargamente. Está dispuesto a volver, pero tiene miedo de ser rechazado. No ha fallado una, sino tres... Se acuerda de aquella pregunta que le hizo a Jesús: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuantas veces tengo que perdonarle? ¿Hasta siete veces?", Mateo 18,21.
Pedro sabía que un buen judío debía estar dispuesto a perdonar hasta cuatro veces. El problema está cuando Jesús exige más. Las respuestas de Jesús, a nuestros intereses particulares, son desconcertante. "Te digo que no siete, sino setenta veces siete". Pedro sabía que ese número significaba siempre. Así que cae en cuenta y sonríe porque Jesús perdona siempre, siempre, siempre.... El perdón de Jesús no se condiciona a lo que puedas hacer sino a lo que ya él hizo. Oremos: Señor y Dios de amor y perdón. Llévate toda nube de rencor y odio para poder sonreír y caminar en la experiencia de servirte. No soy una persona perfecta pero en ti quiero completarme cada día. En siempre hay perdón, por eso perdóname por Las veces que he sido como Juda y como Pedro. Sólo ayúdame a vivir en el perdón de tu amor. En tu nombre Amén. En cada camino hay riesgos. La confusión es fácil y el aborto de la alegría es una continua tentación. ¿No hay nada nuevo que descubrir? En la vida siempre hay algo que descubrir. Hay gente tan aburrida que siempre hace lo mismo. No se dan cuenta de que estar vivo es una aventura llena de alegría y esperanza. Ser alegres en tiempos difíciles es afirmar que la vida está llena de juventud y deseos de soñar. La desesperación de unos, sus propios rencores, sus odios y peleas no les dejan trascender porque ellos mismos ha obstaculizado sus pasos a la autorealización. La vida del cristiano es alegría y autorealizacion. Es un seguir el modelo de Jesus y no a lo abstracto. Es la acogida de los valores en nuestro interior para cristalizarlos en nuestro testimonio. Lo que escojas encarnará en lo que eres. Determinará cuán cercano o lejano has establecido tu relación con Dios. En fin, si la alegría depende de vivir, entonces, ya sé cuál es mi alegría. "Porque para mi el vivir es Cristo..." (Filipenses 1,21). Oremos: Señor en ti he descubierto la vida. No vivo en la constante mirada desesperanzada porque me has permitido caminar. Gracias Dios porque sin tu la vida fuera sólo un caminar rutinario y lleno de aburrimiento. Caminar contigo ha permitido que mi riesgo sea en ti. En el nombre de Jesús. Amén Juan 3.14-21 Cuando ocurren fenómenos atmosféricos se le hacen acercamientos de índole divino. La gente comienza a decir que Dios manda o permite esto para que sepan que está de camino. Yo sé que los textos evangélicos hablaron de unas señales. Sin embargo, ¿qué es lo que nosotros y nosotras debemos atender? ¿Que venga algo que sacuda la tierra? Creo que Jesús vino para que viviéramos en la eternidad. La conversación con Nicodemo desató las expresiones más hermosas de Jesús. Su llegada tenía una función salvadora. Vino a salvar. Es por eso que el amor de Dios es la base de nuestra esperanza. Dios es nuestro refugio y aliento. “No temas". Oremos: Aunque la tierra tiemble yo estaré condiado en Jesús mi Salvador. En el nombre de Jesús. Amén. Marcos 9,23 Las Situaciones difíciles crean angustia, enajenación, soledad, y parece que no tienen salidas. Es en ese tiempo en que la fe tiene su espacio. Si el proceso por el que pasamos nos golpea duro dejamos de creer. Lo que te puedo decir es que todo lo imposible para ti es posible para Dios. Tengo un amigo que al ver la guagua o vehículo de motor le preguntaron que si pagaba mucho y dijo: "nada que no se pueda pagar". Esa es la expresión que debemos asumir desde nuestra fe. Al momento que nos pregunten cómo estamos podamos responder con la expresión "nada que no podamos resolver en el nombre de Jesús". Creamos a Dios en la imposibilidad. Oremos: Todo es posible para ti, Señor. Ayuda nuestra incredulidad cuando nos falta fe. Tu poder sostenga nuestra crisis y nuestra mirada vea la posibilidad de un milagro siempre. En el nombre de Jesús. Amén. 1 Juan 4,16 Toda acción de Dios desemboca en su acción reveladora, incluso, me atrevo decir, con temor, pero con convicción que la fe cristiana recurre a la revelación del amor de Dios en Jesucristo, según Dolores A. Ya lo han dicho los experto que sólo el amor es digno de fe. "Y nosotros hemos conocido". No puede hablar de amar quien no ha amado. Conocer el amor es conocer la dimensión humana de Dios. Cuando sé está en el amor se vive. En el amor hay libertad, entrega, redención, respeto, tolerancia, etc. Conocer el amor es conocer eso. Así creemos en el amor. Creer en el amor es afirmar la fe de la acción de Dios en Jesús a la humanidad. Amémonos y no sigamos odiando porque nada ganamos en el tiempo perdido más que restarnos días para amar. Oremos: Dios, tú eres amor y el que no ama a su hermano no ha conocido quien eres. Ayúdanos a amar al diferente, al extranjero, porque vive en otro lugar y habla distinto, no es mi enemigo, sino mi hermano. En el nombre de Jesús, amén. . Lucas 10.19-20 La potestad que Jesús le dio a los discípulos nos la dio a nosotros y nosotras. 1. Hollar serpientes y escorpiones 2. Sobre toda fuerza del enemigo Eso lo podemos hacer y nada nos dañará. Muchas veces la gente cristiana no enfrenta las batallas o guerra espiritual porque no saben la autoridad que Dios les ha dado. La potestad para ello no es nuestra sino que le pertenece a Jesús. Quien no tenga a Jesús no puede hacerlo. Sin embargo lo más importante no es estar detrás del diablo sino que nuestro nombre esté escrito en los cielos. ¿Estás en esa lista? ¿Tienes potestad y los demonios se sujetan pero no sabes si tu nombre está en la lista de Dios? Oremos: Señor tú eres nuestra autoridad. Gracias por la salvación. Peleáremos las batallas que halla que pelear y velaremos porque nuestro nombre esté escrito en los cielos. Ayúdanos Señor porque nuestro enemigo asecha. Tu autoridad esté en nosotros y nosotras. En el nombre de Jesús. Amén. Miqueas 6.6-8 Dios ha enviado su hijo en rescate de nuestras vidas. Nos ha sacado de la servidumbre del enemigo y ha precio de sangre nos redimió. Ante ello hay que preguntarnos como el profeta: ¿Con qué me presentaré ante Dios? ¿Con sacrificios? ¿Le agradará eso? ¿Habrá sacrificio más grande que el de la cruz? Dios ha declarado lo que es bueno y pide de ti: 1. Hacer justicia. 2. Amar misericordia 3. Humillarte ante tu Dios Oremos: Dios de toda justicia y misericordia, ante ti me presento humillado porque tú eres mi Dios. Tu rectitud o justicia alcance nuestra sociedad. Sé que amas la justicia. No permitas que seamos testigo de la injusticia, no permitas que aceptemos sobornos para no ser ciegos ante la inocencia. Tu misericordia sea ante las atrocidades de nuestro pueblo. Tú no desprecias un corazón contrito y humillado. Nos alegramos de tu perdón y ternura. Yo me gozo porque sé que me escuchas. En el nombre de Jesús. Amén. 2 Reyes 19.14 Solucionar los problemas por nuestras propias fuerzas es la opción inmediata del ser humano. Sin embargo, está claro que hay cosas que no podemos manejar nosotros mismos. Ahí es cuando llamamos a Dios. Ya, para cuando lo presentamos a Dios estamos desalentados y temerosos. ¿Se imagina que le llegue una carta de desaliento? ¿Más bien que le quite el desaliento? Por ejemplo: que se le reducirán las horas laborables, que se quedará sin trabajo, que tiene tres meses de atraso en tu casa, que no se contará contigo para lo que te habían prometido..., etc. ¿Qué hizo Ezequía? Toda carta de desaliento que le enviaron las colocó en las manos de Dios. Sólo Dios puede obrar milagros donde la carta dice que no. Cuando no hay escapatoria para nuestra crisis Dios aligera su mano para atendernos. Ezequía colocó todo en las manos de Dios no con tristeza sino con esperanza y confianza. El sabía que Dios obraría a su favor. ¿Y tú? Puedes leer Mc 10.27. Vuelve y léelo. ¿Qué tienes para extender delante de Dios hoy? Oremos: Sí, Dios. Tú tienes todo poder. No hay nada imposible para ti. Nuestro temor colocamos nuestra causa. Tú respuesta esperamos y en ella confiamos sea cual sea la misma. En el nombre de Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
All
Archivos
September 2017
|