"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
2 Timoteo 3.2-5: 2Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”, 1 Corintios 15.33. Nunca olvido aquella expresión de mi abuelo y mis familiares cuando me decían: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Hay quien prefiere que usted esté en un bar a que asista a la Iglesia. Otros le hacen ver que sus pasos en el Señor no son buenos. Algunos provocan que usted viva pensando que nada está mal y que “darse una cerveza, un cigarrillo, un palo, como se dice en Puerto Rico, no está de más. Alegan que eso no es pecado e incluso que no son alcohólicos porque solo beben los fines de semana o algunos días. ¿Qué usted cree? Muchos andan asumiendo posturas de defensas porque simplemente quieren hacer lo que no es de Dios y necesitan sentirse bien consigo mismo. Algunos alegan que ayudan a otros/as y que por esa razón tendrán un lugar seguro en el cielo. Le tengo que dar una noticia: “no nos salvan las buenas acciones sino un corazón rendido a Jesucristo”. No alcanzará el cielo por sus propios méritos sino por los de Jesucristo. Solo en Jesús es posible alcanzar el reino de los cielos. Quien ama más los deleites que a Dios vive de apariencia. Si andas con gente así te exhorto a que los evites. Si lo que tu amigo dice no ayuda a tu vida es mejor que te alejes y lo evites. La Escritura no dice que los niegues o los insultes sino que los evites para que no te corrompas tú. Quizás no puedas invitarlo a la Iglesia porque no creerás lo que crees. Conviertete tú y luego invítale a creer. Te exhorto a que no andes con quienes quieren justificar su pecado haciendo pocas vergüenzas y deleitándose a sí mismos. Solo te llevan al camino de la perdición. Evita todo aquello que pueda corromper tu corazón. No vivas como quien no conoce a Dios. Tarde que temprano Dios te pedirá cuentas. No andes con quienes te alejan de Dios. Solo Jesús puede construir, edificar y socorrer tu vida y te permite alcanzar el reino de los cielos. ¿Con quienes caminas? ¿Qué provocan en ti? ¿Edifican? ¿Te llevan al pecado o tú los llevas al templo? Que se conviertan ellos a Jesús y no tú a ellos. Oremos: Dios solo contigo quiero andar y solo en ti quiero esperar. Ayúdame a no mirar ni hablar con quienes me pueden alejar de ti. Si alguien pretende separarme de tu amor en esta hora solo te pido que me socorras. En el nombre de Jesús. Amén.
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Lo que Dios comenzó es real.
“...el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo, Filipenses 1.6 Lo que Dios hace, siempre, es buena obra. Tú eres su creación, a su imagen y semejanza. Dios comenzó algo en ti y quiere terminarlo porque es bueno. En cada momento en que parece que no concluyen las cosas y que alcanzarlas parece irreal debes recordar esta promesa. Dios comenzó la buena obra en ti y la va a perfeccionar hasta el día de Jesucristo. Oremos: Dios de infinita misericordia. Duros son los días que se viven pero mejor es saber que estas con cada uno de nosotros. Por favor, no nos abandones y lo que comenzaste en nosotros, conforme a tu voluntad ayúdanos a discernirlo. Que cada prueba sirva para crecer y cumplir tu propósito, en el nombre de Jesús, amén.
Efesios 4.22 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Vivir con Cristo es vivir de manera distinta a la acostumbrada. La gente no quiere dejar su vida pasada porque no quiere vivir según Dios. Si en Cristo vivimos debemos abandonar nuestra pasada manera de vivir. No te rindas ante las tentaciones terrenales. Para que haya una nueva manera de vivir en Cristo debemos: 1. “despojarnos de aquello que está viciado conforme a los deseos engañosos”. NO puedes seguir viviendo como antes, pensando como antes, caminando como antes, etc. Ya no más a esa pasada manera de ver las cosas y vivirlas. Ahora estás en Cristo. Si estás en Cristo debe haber una manera distinta de encaminar tus pasos. 2. “Renovarnos en el espíritu de nuestra mente”. Cuando Cristo llega a nuestras vidas nuestro pensamiento cambia. Se renueva en pensamientos. Nuestra mente ya no está atada a visiones pasadas de engaños sino abierta a la transformación del Espíritu. Ahora piensas como Cristo. NO tienes que cambiar tu mente sino el espíritu de tu mente. 3. “Vestirnos (del nuevo ser humano)..., según Dios en justicia y santidad de la verdad”. Si has cambiado y eres otra persona que piensa distinto no puedes vestirte igual. Hay, si Cristo está en ti, una nueva manera de operar, una nueva naturaleza que se rige según Dios en justicia y santidad. Es decir, que ya no vivirás corrompiendo tu vida sino que la estarás viviendo según Dios y no según tú. Ahora Dios gobierna tu voluntad y tú vida por ello ya no vivirás vistiendo según tus deseos sino con las ropas espirituales que Dios te da en justicia y santidad. No eres el mismo/misma. Lucha contra lo viejo que hay en ti y permite que lo nuevo que hay en Cristo sea un nuevo camino de vida eterna. Ya no tienes que vivir sin rumbo porque conoces el Camino. En Dios hay una vida llena de esperanza. Fortalécete en Dios y afirma lo que crees sin temor. Oremos: Dios bueno. Gracias por la vida que me has permitido vivir. Gracias por un nuevo dia en el que me das otra oportunidad. Estoy convencido de tu favor y fuerzas para no dejar este camino hermoso. NO me rendiré en tu nombre y mantendré mi mente en ti para vivir distinto. En el nombre de Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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