"un ca-fe
con dios"
Rvdo. José L. Báez báez
Jonás nunca quiso llevar la Palabra a Nínive. Tanto así que cuando Predica Dios se arrepiente del mal que le haría a la ciudad y ésta se arrepiente. Nínive era una ciudad que en las manos tenía rapiña. Jonás se enojó muchísimo porque Dios es clemente y misericordioso y tardo en enojarse, Jonás 4.2. Jonás sabía que Dios no destruiría a Nínive porque Dios es Misericordia. Realmente el enojo de Jonás fue tal que prefirió morirse. ¿Prefiere usted que se muera una ciudad completa antes que se arrepienta? ¿Prefiere usted que el vecino se pierda, el amigo, el compañero de trabajo, antes de hablarle de Cristo? Pues sepa que Jonás se enojó tanto porque Dios no quiso destruir Nínive que se quería morir. Este profeta no quería quedar mal porque ya había dicho que Nínive sería destruida, pero Nínive se arrepintió. Si usted se arrepiente de su maldad y viene a Dios con corazón sincero Dios le perdonará y le salvará. Para Jonás era más importante la calabacera que Dios le hizo crecer para su sombra que las vidas de una ciudad. ¿Será más importante para ti lo que te conviene que la salvación de los demás? ¿Prefieres beneficiarte tú que Dios perdone a otros? Jonás no quería que su imagen de profeta se afectara. Si ya había dicho que Dios destruiría a Nínive pues debía destruirla, según Jonás. ¿Será más importante que yo quede bien o que Dios haga el bien? Dios le hizo una pregunta a Jonás: ¿Haces bien en enojarte tanto? Jonás 4.4. NO le responde a Dios porque tenía problemas con la voluntad de Dios. Prefirió irse de la ciudad que contestarle a Dios. Creo que algunos de nosotros somos como Jonás. Dios le prepara una calabacera, planta que crece rápido y le da sombra a Jonás, y Jonás se alegró, pero un gusano se la comió y se secó en una noche. Jonás se enojó porque Dios había secado la calabacera. Dios le hace ver que su enojo y egoísmo le permiten tener más lástima por la calabacera que por toda una ciudad. Hermanos y Hermanas seamos compasivos y pidamos a Dios por la ciudad y por el campo. Todavía Dios es misericordioso y clemente. ¿Cómo Dios no tendrá piedad de un pueblo que no sabe discernir entre el bien y el mal que tienen en sus manos? Sigue predicando el amor y la misericordia de Dios. No olvides que la misericordia de Dios es más importante que mis propias palabras. Por uno que se arrepienta Dios tendrá misericordia. ¡Vuélvete a Dios y él tendrá de ti misericordia hoy! Que te controle Dios y no el enojo que te motive el amor y no el egoísmo... Oremos: Dios y padre celestial. En ocasiones no somos capaces de perdonar por algo que nos hicieron, pero sí queremos que tú nos perdones siempre por nuestros errores. Quita el egoísmo que irrumpe en la mirada carnal nuestra y afirma tu misericordia y amor en nuestro corazón. Mi pueblo necesita ser reconstruido pero no destruido. Perdónanos por las veces que pensamos más en nuestra imagen que en la salvación de los demás. Hoy, ten misericordia de nosotros y abrázanos para seguir predicando que tu voluntad es firme y tu amor sobre pasa todo entendimiento. En el nombre de Jesús, amén.
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Les puedo decir que cuando permitimos a Dios irrumpir en nuestras vidas lo normal ya no es normal. Eso es así porque pasa por el filtro de la fe. Así como la harina de café pasa por el de la cafetera. Nuestra fe provoca que Dios actúe en nosotros y lo que parece que debe continuar de una forma cambia. Por ejemplo, mi padre fue alcohólico toda la vida, fumó toda la vida, etc., y así mucha de mi familia bebe y fuma. Esa es la norma de mi familia pero no la mía. NO es la mía porque los que nos aferramos y confesamos a Dios sabemos que todas las cosas son hechas nuevas, incluyendo nuestras vidas. ¿Le parece bien? “Si alguno está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron son todas hechas nuevas”. Traemos con nosotros muchas cosas. Dejar que Cristo las cambie es salir de la norma. Hay quienes siguen con las intenciones de vida que arrastran porque no tienen fe.
No dejan que Dios haga las cosas nuevas en su vida y les gusta el estilo de vida que tienen. Tienen amistades que los llevan a fracasar y los detienen en la vida. Sal de la norma y deja que la mano de Dios provoque en ti un nuevo estilo de vida. No permitas que tu vida esté un día más en la norma de lo que deteriora tu vivir. Hoy es un buen día para dejar de vivir en la norma de un estilo de vida estéril. Tu fe en Dios provocará que la norma no sea norma. ¿Quién dicta tu vida? ¿Tus amigos? ¿Ellos deciden a dónde vas el fin de semana y no tu familia porque así te lo enseñaron y esas es la norma? Oye, no olvides que la norma es que ellos, tus amigos, no estén contigo, pero tu familia sí. Que lo normal sea que estés con tu familia porque Dios está haciendo cosas nuevas. Oremos: Señor y Dios de la vida. Jesús, mi esperanza. Me acerco a ti. Tú eres el único que ha cambiado mi norma de vida y tradición familiar en una oportunidad para hacer algo nuevo. Gracias porque mi familia está en tus manos y nuestra fe en ti. NO dejes de provocar nuevas cosas cada día. Confiamos en que seguirás sacando mi familia de la norma y podremos estar en las vías de la nueva creación que haces en nosotros. Si alguien necesita salir de la norma, Señor, tócale y no permitas que pierda a su esposa, esposo, hijos, etc. Nunca es tarde si tú estás presente Señor. En el nombre de Jesús, amén. “Por tanto no estés afanoso…”, Filipenses 4.6
Es decir, por nada estés angustiado. La angustia provoca intranquilidad y la intranquilidad cultiva una fe insegura. El salmista decía: “encomienda a Dios tu camino y confía en él y el hará”, Salmo 37.5. Echa toda tu ansiedad sobre él porque él, Jesús, tiene cuidado de ti. En primer lugar estás en las manos del Señor. Segundo no vale la pena tratar de acelerar lo que tiene su tiempo. ¡Espera! Y por último ¿Dónde está tu fe en quién confías? Nuestro Dios sabe de qué tenemos necesidad y sino buscamos las cosas de arriba no podremos recibir lo que esperamos. Oremos: Dios y Padre de toda paz. Tú aseguraste la vida en la cruz. Cuán amable es tu amor y misericordia. Sustenta nuestros pasos para que mi angustia sea disipada. En ti tengo paz y todo espíritu de intranquilidad se quebranta. En el nombre de Jesús, amén.
“La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y libertinaje, no en contiendas y envidia. 14 Al contrario, vestíos del Señor Jesucristo y no satisfagáis los deseos de la carne”, Romanos 13.12-14 El miedo paraliza y nuestro temor más grande es no tener a Dios. Sería muy triste que después de un largo caminar con Dios perdamos la esperanza y seamos de los que aceptan las tinieblas y no la luz. Podemos considerar qué nos sigue deteniendo delante del Señor. ¿Acaso estamos avanzando o estamos estancados? Hay amistades pasadas y antiguas que solo buscan los beneficios que puedan recibir de ti. Muchas veces son amigos hasta ese punto. Quiero decir que son solo amigos por relación y no por amistad. Sus agendas no son cónsonas con la nueva manera en que queremos vivir en Cristo. A ellos les encanta que andemos y actuemos como ellos pero no son capaces de estar contigo en medio de tu proceso de recuperación. Cuando queremos cambiar nos dan la espalda. Prefieren amigos en crisis que amigos que busquen una nueva manera de vivir. No puede ser más fuerte el llamado de la antigua manera de vivir que la voz de Jesucristo. El Dios que te llama solo espera que te arrojes en toda confianza en su Camino porque nunca te dará la espalda. Con la ayuda de Dios podemos alcanzar nuestra victoria. En este pasaje bíblico se vierte la guerra entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu. Hay detrás de este texto un llamado al dominio de uno mismo. El término “dominio de sí mismo” es (enkrateia). Su significado es amplio. Aquí el apóstol Pablo señala el ámbito sexual desde las obras de la carne. Es para el apóstol (porneia) que significa “impureza” y se opone al dominio de sí mismo y es el mismo término del que se deriva pornografía. Es por eso que (porneia) es todo acto carnal y sexual. La idea que está detrás del texto es la manera en que nos vendemos. Es ahí donde prostituimos nuestros cuerpos. Eso ocurre porque hay un desorden sexual. Por lo tanto, el apóstol nos señala dos maneras de vivir en nuestros cuerpos: esclavizados por las obras de la carne o desde las vestiduras de las armas de la luz. La experiencia nueva del ser humano brota del Kerigma. Revestirnos de Cristo es nuestra inmediata acción contra las obras de la carne. Esa nueva manera de ver la vida nos acerca a la luz y no a las tinieblas. Hay quienes interpretan de manera incorrecta “todo me es lícito...” y ello con el fin de justificar sus impurezas. En Cristo no hay razones para vender nuestros cuerpos al pecado porque somos de Cristo. Ya no somos dueños de nosotros mismos. No se puede disponer de lo que no es nuestro. Ver 1 Corintios 6.15,19. Tu vida y cuerpo no es para el placer mundano sino para el Señor. Así que es trascendental hacer de Cristo nuestro dominio. Si Cristo domina todo mi ser ya no funciono para un fin propio sino para Cristo. El dominio sobre nuestro cuerpo es posible en la sujeción a Cristo. Eso provocará que nuestra vida y cuerpo genéticamente sea de Cristo. Esa es la razón por la que vendiendo mi cuerpo al pecado prostituyo a Cristo y hago sacrilegio porque hago violencia. El resultado es que abusar del cuerpo es profanar el templo de Dios. Quien destruye el templo de Dios se atiene a las consecuencias del juicio de Dios. Cometer ese tipo de impureza provoca tristeza al Espíritu Santo. Le pertenecemos al Señor y nuestra vida toda es de él. Ser libre no es vivir en libertinaje. Nos afirmamos en revestirnos de Jesucristo y entregarnos a él. Todo lo que eres es para la gloria de Dios. Cuando vivimos en obediencia honramos a Dios. La manera de vivir que nos exige Dios es la que se vive en Cristo. Cualquier otra manera de vivir está llena de nuestros propios conceptos y justificaciones. ¿Qué estilo de vida prefieres? "y si vivimos para él vivimos y si morimos para él morimos" Oremos; Dios y Padre nuestro. Tú eres nuestra luz y nuestro guía. No permitas que nos desenfrenemos en la manera de vivir tu Palabra. Guía nuestros procesos y pasos. Perdonamos por nuestros pecados “obras de la carne” y que fluya en nuestras vidas el “fruto de tu Espíritu”. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Afirmamos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y no queremos con nuestros actos destruirlo. Que nuestra manera de vivir permita que algún día resucitemos en tu gloria. En el nombre de Jesús, amén. “Velad y orad, pues, en todo tiempo para que tengáis fuerzas y escapéis a todo lo que está por venir y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre”, Lucas 21.36
Hay muchas disciplinas que muchos no pueden realizar por la complejidad de estos pero estoy seguro que orar es algo que todos podemos hacer. Es muy cierto que la oración es hablar con Dios y luego de esta definición todo es complicación. Elevamos nuestro corazón a Dios o más bien lo ubicamos bajo su poderosa mano. De seguro que el corazón que late delante de Dios expresa en cada pálpito su agradecimiento, como cántico de adoración genuina. En la oración nos orientamos a Dios. Ella sirve como arado que surca el terreno en el que será lanzada la semilla. Orar es el consejo más sabio que podemos dar los pastores en tiempos de crisis y no la salida a una difícil respuesta. Cuando les decimos “ora y no dejes de orar” lo hacemos afirmando que es el secreto de la vida misma. En la oración colgamos los elogios y los créditos que cualquiera pueda hacernos. No orar se remite a aceptación de créditos, de adulaciones y exaltaciones que no nos corresponden. Postrarnos delante del Señor señala a qué pies colocamos todo lo que somos. La oración debe ser continua. Jesús siempre oró. En la oración no acomodamos a Dios a nuestros preceptos más bien nos amoldamos a su voluntad. En ocasiones parece que no recibimos respuesta de Dios. ¿Estás pidiendo bien? ¿Es la voluntad de Dios? Quisiera compartir tres aspectos necesarios en tiempos de oración:
Si Dios te hace esperar y no recibes respuesta sigue orando. Oremos: Dios de la vida. Cuan maravilloso es acercarnos a ti en la certeza de que nos escuchas. Nuestro corazón está desnudo delante de ti y confiamos en que a tu tiempo nos darás la respuesta a nuestras oraciones. Si tarda ayúdanos a discernir tu voluntad para no hace lo que esté fuera de tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén. Ahora nos encontramos con diversas campañas sociales. Por un lado, la campaña “yo no me quito”, que busca reconstruir un mejor Puerto Rico con la ayuda de todos. Me parece real y sincero el deseo y de valientes. Por otro lado, está la campaña “yo sí me quito”, por las diversas razones, muy cierto todo pero sin esperanza. Pero falta una campaña más “tú decides” que tiene como fin que los hispanos se hagan sentir en las elecciones de los Estados Unidos. Ello para reclamar la educación y los derechos pertinentes etc. Me parece que todos estamos en el valle de la decisión como ha expresado el profeta. “Muchos pueblos en el valle de la decisión”, Joel 3.14. Cuando hablamos de decisión estamos tocando un tema central en la vida del ser humano. Es un poder otorgado por Dios al ser humano de ser libre respecto a las acciones y metas. Cuando se es libre para decidir se hace desde las diversas alternativas existentes. Tomar decisiones con racionalidad y fe es una acción esperanzadora. Hoy, ante tantas amenazas contra quienes han trabajado por tantos años por unos beneficios, planes de jubilación, planes médicos, Seguro Social, etc., nos lleva a tomar decisiones. Cualquiera sea la que desees tomar no olvides el principio de la fe. Con toda decisión va de la mano la fe y la esperanza. No pasaré juicio sobre las razones por las que las campañas han iniciado pero sí diré que ha sido una decisión que has tomado y nadie es responsable de ello. Si el resultado es negativo es tuyo y si es positivo es tuyo. Mi consejo es que consultes a Dios. Su palabra dice: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos”. Salmo 32.8. Quizás te suene raro y no sepas cómo pero si hablas con Dios y consultas lo que harás no te irá mal. Dios te hará entender, te enseñará el camino y no quitará sus ojos de ti. Mi campaña es una que quiero que sigas impulsando: #ConsultandoaDios. Oremos: Dios y Padre de la vida. Es bueno hablar contigo Señor en medio de toda decisión. Ayúdame a dar pasos correctos y hacer tu voluntad y enséñame porque me falta mucho por aprender. Yo estoy #consultandoaDios y lo haré siempre. En el nombre de Jesús, amén. “Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. 1 Timoteo 1.15 (NVI)
Cristo Jesús vino al mundo. ¿Cree que por venir? Todo lo que Dios hace tiene un propósito. Lo que tiene propósito tiene razón para vivir. Quien tiene propósitos tiene metas establecidas por decisión. Es una acción deseable. Jesús vino al mundo porque los propósitos de Dios son eternos. El ser humano perdió la dirección. Nuestras acciones no señalan la eternidad. Constantemente nos alejamos por principios preconcebidos por nosotros mismos. El fin de Dios tiene una repercusión para bienestar de nuestras vidas. Jesús vino a salvar a los pecadores. ¿Alguno no lo es? ¿Le parece ser tan santo que no puede decir que no lo es? Jesús vino para salvarte y para salvarme, pues puedo contarme como primero. Ciertamente todos quieren ser el primero en las cosas pero ¿lo querían ser ahora? Somos rápidos en ser primero. No seremos el primero o el último pero sí que estamos contados entre ellos. Dios ha venido a salvar al pecador no el pecado. No asúmanos que todo anda bien y que no hay nada malo y que debemos ajustarnos a estos tiempos. Quien se hace sastre de su vida cristiana solo tendrá una vida acomodada a sus propios conceptos de lo bueno y malo. Seamos prudentes y no olvidemos que Jesús vino a salvar al pecador. Muchos dicen que eso no es pecado, que aquello otro tampoco, que no están mal, que eso es una lectura inadecuada del Evangelio, pero y ¿qué es lo que vino a salvar el Señor? Vino a salvarnos. Eso merece el crédito de ser aceptado por todos. Oremos: Dios y Salvador. Enviaste a tu hijo a favor nuestro. Tu amor y salvación es más hermosa que cualquier visión humana sobre la salvación. Jesucristo, mi Salvador, a ti toda la gloria y la honra. Mis pecados llevaste a la cruz y hoy puedo gritar: ¡Aleluya! Y no me avergüenzo de afirmar que eres mi Salvador. Que quienes no te conozcan acepten caminar por el sendero de la salvación que ofreciste desde la cruz. En el nombre de Jesús, amén. |
AutorPastor José Báez Báez Categorías
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September 2017
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